El factoring es una alternativa cada vez más utilizada de financiación a través del cual las empresas pueden transformar en efectivo las cuentas por cobrar.
Es decir, el negocio de factoring implica utilizar las facturas comerciales que generan las empresas Pymes como garantía para operaciones de financiación.
Generalmente, las compañías pequeñas o medianas que venden a grandes empresas y que en muchos casos compran insumos también a grandes compañías, tienen permanentemente necesidades de financiar su capital de trabajo, ya que cobran a un plazo promedio de 60 o 90 días y generalmente pagan a proveedores en un plazo mas corto. Incluso, muchas veces deben hacerlo al contado.
Ese tiempo entre que se produce la venta y se obtiene el dinero es crítico. Pero, además, este tipo de empresas no cuentan con apoyo financiero suficiente por parte del sistema bancario que les permita acceder a líneas de crédito que las acompañe en su crecimiento.
Sin embargo, las Pymes con buenas carteras de clientes ofrecen una muy buena oportunidad de negocio ya que existe una diferencia marcada entre el riesgo real y el aparente.
La metodología de esta operación consiste en la cesión de los instrumentos de crédito, es decir de aquellas facturas a cobrar a una empresa de Factoring que a la vez le adelantará a la empresa un porcentaje del monto de esas operaciones y pasará a tener a su cargo la cobranza de las cuentas por cobrar que, en definitiva, es el capital de este tipo de empresas.
Las operaciones de Factoring tienen como principal ventaja para quien las financia, que al administrar la cartera de cuentas a cobrar de su cliente, conoce muy bien el desarrollo de su negocio, su crecimiento, sus principales clientes y sus posibles problemas originados por créditos morosos o incobrables lo que permite saber qué financiamiento otorgarle.
¿Cuáles son las principales ventajas de este servicio?
Básicamente, se trata de una herramienta financiera que se utiliza para proporcionar liquidez librando a las empresas de todo el trámite que significa el cobro y permitiéndole mayor flexibilidad en sus créditos, convirtiendo sus ventas a plazo, en ventas de contado y abriéndole nuevas posibilidades de crédito.
Entre otras cosas:
– Les permite obtener financiación
– Optimizar el flujo de caja
– Aumentar la liquidez: permitiendo a su empresa administrar su capital de trabajo en la forma más beneficiosa para su negocio
– Disminuir las cuentas a cobrar
– Y ampliar las posibilidades de crédito.
– Agilizar las tareas administrativas: ya que le permite concentrarse en la gestión comercial y delegando el servicio de cobranza.
¿Cuáles son los requisitos para acceder a este tipo de servicio?
Las empresas deben mostrar capacidad de generar utilidades, e índices de solvencia razonables. Es fundamental analizar la calidad de la cartera de facturas a ser descontadas o utilizadas como colateral de las operaciones de factoring ya que es el activo de donde provendrá el repago.