En concreto, tiene que prevalecer la correcta gestión de los datos que se manejan así como una adecuada interpretación de los mismos
Son muchas las empresas que están comenzando a comprender la verdadera necesidad de acceder a grandes volúmenes de datos, a la información ampliada con respecto a los consumidores y usuarios que nos proporcionan Internet y las nuevas tecnologías, los cuales han quedado registrados bajo el paraguas-denominación, que todo lo cubre, del Big Data. Una posibilidad, la del acceso a la información de carácter cuantitativo, que permite a las empresas analizar su actuación en el entorno online y estudiar sus interacciones con los usuarios, de modo que puedan ser capaces de mejorar la participación de los clientes, la cadena de suministro y el rendimiento operativo de la organización.
En este sentido, conviene señalar que las empresas pueden acceder al Big Data gracias a las herramientas que el progreso y las nuevas tecnologías han puesto a su alcance, donde los dispositivos de acceso a Internet, teléfonos móviles inteligentes y tabletas incluidos, las redes sociales o los espacios en los que interactúan los usuarios, como comercio electrónico y sistemas financieros y operativos mantienen una posición hegemónica como plataformas de generación de datos de los internautas.
Un volumen de información que interesa, cada vez más, a las empresas. De hecho, según muestra el informe de Selon Gartner, solo en 2013 el 64% de las empresas tenían pensado invertir en Big Data. Una tendencia que no ha hecho sino incrementarse el pasado año y que tiene visos de continuar durante los próximos meses, a tenor de los volúmenes de información que los usuarios van a generar en el entorno digital. De hecho, se estima que en 2017 el tráfico global de datos en la red alcance los 5,3 zettabyttes, para lo que sería necesario utilizar mil billones de DVDs como soporte de almacenamiento de los mismos.
Cifras que justifican la tendencia adoptada por las marcas y los anunciantes a favor del Big Data. De hecho, el análisis de los mismos puede generar un conjunto de beneficios notables a estas organizaciones. Entre ellos, la toma de decisiones en tiempo real, basadas en el comportamiento histórico de los usuarios así como en los pronósticos que tales datos vaticinan sobre tales reacciones. Sin embargo, los expertos coinciden en afirmar que si bien el Big Data es importante para las empresas, especialmente como motor que les muevan a tomar determinadas decisiones de negocio, es prioritario que las empresas sepan escoger los datos correctos e interpretarlos de la manera adecuada.
Filtrar y gestionar la información
En este sentido, la eficacia de los datos obtenidos a través de Internet y las nuevas tecnologías pasa por el procesamiento de los mismos en adecuados sistemas de gestión, pues solo así estas organizaciones estarán haciendo un uso eficaz de la información que el progreso nos proporciona.
De hecho, en vez de apresurarse e intentar emprender el análisis de grandes datos a través de categorías irrelevantes, las empresas deben optar por allanar el terreno, organizando la información que obtienen de manera coherente, en función a los propósitos que persiguen. Incluso se debe insistir en poner el foco desde el minuto uno y la recogida de tales datos, pues la generación de información proviene de distintas fuentes, tales como correos electrónicos, formularios de las páginas webs corporativas, etc, ya que este proceso de interpretación y selección de los datos correctos permite a las empresas descartar los múltiples datos falsos que se obtienen, filtrando solo aquellos que resultan ser verdaderos.
Ejemplo de la eficacia y del éxito
Aunque existen distintas soluciones a la hora de capturar los datos disponibles, una de las más válidas actualmente en el mercado pasa por el análisis de las facturas de los clientes. En este sentido, es posible procesar los datos e información de estos documentos, trasladándolos del papel a los sistemas digitales y permitiendo con ello a las empresas extraer automáticamente la información correcta del estado de dichas facturas. De este modo, las empresas pueden llevar a cabo procesos de trabajo automatizados y hacer un seguimiento específico del estado de pago de los productos y servicios en relación con un determinado cliente.
Un proceso con el que la información que proporciona el Big Data se traslada al ámbito de la coordinación y gestión interna de las empresas. La forma de constatar esta afirmación no es otra que el recorte que la automatización de los datos genera en el análisis por parte del personal de la empresa en torno al pago de las facturas, que pasa a reducirse en tres días de media. Del mismo modo, se producen menos errores y el personal se encuentra más libre para poder trabajar en la interpretación de los datos automatizados en lugar de perder tiempo buscando las transacciones de la organización.
Es por ello que las empresas deben atender a la inversión en Big Data pero antes de ello conocer si esta información es correcta para su negocio y beneficiosa para los objetivos que este pretende invirtiendo en el acceso a tal información.