Que no se diga que el Centro Aeroespacial alemán también trabaja por y para la electrificación, mientras fabricantes alemanes de calado desechan la pila de combustible. El DLR germano ha presentado un prototipo equipado con esta tecnología,un simple ejemplo de desarrollo con un aspecto muy futurista pero sin intención comercial.
Los grandes fabricantes alemana se han rendido en la investigación y el desarrollo de la pila de combustible. Saben que el hidrógeno es la verdadera fuente de energía del futuro en cuanto a electrificación, pero requiere de una enorme inversión a la que algunos han decidido renunciar. Sin embargo, el Centro Aeroespacial alemán ha presentado un prototipo experimental equipado con esta tecnología.
Una demostración de que ellos también pueden participar en este ambicioso proyecto. El resultado es el SLRV, las iniciales de «Safe Light Regional Vehicle», un nombre técnico algo complicado y que más parece un código de investigación que el nombre de un coche eléctrico pero, realmente, es que no pasará de esta fase. Se trata de un demostrador tecnológico de laboratorio con un diseño más que futurista y muy afilado que, de por sí, tiende a mostrar emociones.
El SLRV presenta la pila de combustible más pequeña hasta ahora
Con solo dos plazas, el prototipo cuenta con una longitud de 3,8 metros y una atractiva forma casi plana de la cubierta superior de metal, que maximiza la aerodinámica y protege a los ocupantes que se alojan en una estructura en forma de bañera. Los ingenieros del centro aeroespacial germano han alojado la tecnología y mecánica entre la parte delantera y trasera, por lo que paneles de tipo «sándwich» se encargan de la protección de los componentes
Con un peso total del conjunto de 450 kilogramos, el sistema de propulsión cuenta con una pila de combustible con una potencia continua de 8,5 kW, conectada a una batería de 25 kW, una configuración que permite alcanzar una velocidad punta de 120 km/h y llegar a una autonomía máxima de 400 kilómetros. Además, entre los dos únicos asientos, cuenta con un tanque que puede almacenar 1,6 kilogramos de hidrógeno a 700 bar.
Por ahora, se trata de un estudio experimental, pero Tjark Siefkes, profesor y director adjunto del Instituto DLR de conceptos de vehículos del Centro Aeroespacial de Alemania, apunta que «se trata de plataforma tecnológica para la movilidad individual, silenciosa y libre de emisiones a nivel local. Ahora mismo, su precio se estima en unos 15.000 euros, pero con un kilometraje de 300.000 kilómetros y una vida útil de 10 años, se traduce en un precio de alrededor de diez céntimos por kilómetro, dice el científico
Fuente: Motor.es