En la vida hay muchos conflictos que debemos enfrentar diariamente, desde las comunidades, las empresas donde tienen estrategias establecidas o en las familias que están enfrentadas porque no saben resolver sus diferencias. Dentro de estos conflictos se presentan las emociones que producen dentro de cada ser humano, como puede ser algunas que se las podría denominar como las efervescentes que explotan las reacciones más dañinas de las personas, ya sea ira, discordia, bronca, envidia, gritos, y hay otro tipo de emociones que están más escondidas o contenidas dentro de cada individuo, que pueden ser mantenerse en silencio cuando deben defenderse ante una agresión, demostrar frialdad ante una situación límite, y cualquiera de estas dos posturas, no permiten solucionar el conflicto que forma parte de nuestra vida.
Estos dos tipos de sentimientos son destructivos para cualquier persona que tenga que padecerlo. Produce una gran falta de eficiencia a la hora de resolver, ya sea que se produzca dentro de una organización o en una familia. Muchas persona cuando deben enfrentar este tipo de situaciones, piensan que la mejor postura es aislarse mentalmente, como si fueran un ermitaño que vive en la cima de una montaña, pero lo que no tienen presente es que a pesar de ese aislamiento, su mente sigue teniendo ese conflicto o cualquier otro conflicto de su pasado, la mente no se la puede borrar como si fuera el disco duro de una computadora, aunque quisiéramos sería imposible, debemos aprender que los conflictos se los debe transformar para que ya no causen esa molestia o dolor interno dentro de cada individuo.
La gran pregunta es ¿Cómo se puede abordar este tipo de conflicto? Los conflictos existen, son inevitables y no van a desaparecer porque no queremos afrontarlos. Al contrario, estos pueden aumentar por la incapacidad que poseemos de transformar la situación.
Cada líder, debe aprender a negociar ante el conflicto, porque sin dudas, que no se puede gritar al cliente que no desea comprar un producto, obligar a los socios a aceptar una decisión que se tomó en beneficio de todos y no ven más allá del enfrentamiento o gritarles a los empleados para hagan un trabajo más rápido. Si tomáramos la posición contraria, estas personas padecerían la falta de negociación, y seguramente las relaciones se romperían a corto plazo, porque nadie tiene que sufrir la carencia de esta habilidad.
Las personas tienen que aprender a resolver las cuestiones más allá de la identidad de las personas y del territorio que ocupan, cada vez más estos conceptos está desapareciendo, ya se relacionan con más intensidad.
Actualmente dirigir a través de las diferencias, es una necesidad que se expande con más rapidez. Las diferencias de pensamiento, conducta y necesidades, son cada vez más grandes entre los seres humanos pero esto no debe determinar la conducta del líder, porque un buen líder debe aprender a diferenciarse del común denominador, que es negociar en lugar de enfrentarse con los demás. Las organizaciones se expanden más allá de sus fronteras, tienen sucursales en distintas partes del mundo, esto lleva a que sus empleados tengan que aceptar las diferencias culturales, idiomáticas y educacionales. Pero esta situación no solo la podemos apreciar dentro de una empresa, sino que también se las puede ver dentro de la sociedad en la que vivimos. Las personas deben mudarse para busca nuevas oportunidades, ya sean económicas, educativas o sociales, ahí también se puede apreciar las diferencias, ocasionando conflictos dentro de una comunidad.
Por esa razón, los líderes deben aprender a transformar estos conflictos como parte de una nueva estrategia. El mundo está cambiando y también debe cambiar la manera de dirigir. Para muchos líderes actuales, el desafío más importante es solucionar las diferencias que sufre su propia organización.
Los líderes que pueden atravesar estas líneas divisorias que forman parte del conflicto, debe tomar esta postura como una necesidad imperante en este momento. No se puede dirigir ninguna organización, comunidad o familia, con la sensación de que el mundo está llegando a su fin, este comportamiento es poco práctico. Se necesitan líderes que se sientan parte del conflicto, que superen estas diferencias y puedan ayudar a que las partes trabajen juntas para encontrar una solución que sea totalmente eficaz.
Las situaciones de conflicto existen, pero la forma de optar para responder ante esta situación, forma parte del acto de ejercer el liderazgo. Liderar ante las situaciones de conflicto es sumamente vital. Es abordar las diferencias de forma creativa, entendiendo que las partes implicadas deben alcanzar una solución original. Esto exige una capacidad diferente por parte del líder, que no se tiene en cuenta normalmente. Transformar el conflicto, significa que no se tome una solución superficial sino que se llegue al fondo de la cuestión, para que no sea temporal. Las personas involucradas en este tipo de conflicto atraviesan un proceso de cambio que implica aplicar una dinámica diferente para llegar a otro nivel de superación. Los líderes deben tomar una postura de compromiso y respeto, más allá del terreno en el cual se deban desempeñar, utilizando la creatividad y la innovación que solucione el conflicto, aliviando las emociones de las partes involucradas.