Brasil.- Río de Janeiro se vistió de fiesta para celebrar los 83 años de uno de los principales atractivos turísticos de la capital “fluminense”: el Cristo Redentor. El monumento, uno de los principales símbolos de la ciudad, está localizado en el Parque Nacional de Tijuca, y recibe un promedio de 5 mil visitantes por día. Un público que viene creciendo en los últimos años, ya que según datos de Riotur, compañía responsable del turismo en el estado de Río de Janeiro, el morro del Corcovado acogió a más de 2,3 millones de turistas en 2013.
Inaugurada el 12 de octubre de 1931, la estatua del Cristo Redentor tiene 38 metros de altura y pesa 1.145 toneladas. Su posición a 710 metros sobre el nivel del mar la hace visible desde cualquier punto de la ciudad. Además, desde 2007 es considerada una de las siete nuevas Maravillas del Mundo Moderno, con más de 100 millones de votos.
En los últimos años, el Ministerio de Turismo ha invertido cerca de 443.000€ para la iluminación del Cristo de Redentor, hasta convertirla en la atracción turística más visitada de la ciudad, superando al Pão de Açúcar y al estadio Maracanã. Como declara el asesor del Ministerio de Turismo ítalo Mendes, “Este monumento es un ícono del turismo brasileño: cualquier turista internacional que vea su imagen sabe que está situada en Río de Janeiro”.
Este ícono del turismo brasileño fue uno de los enclaves de la ciudad que albergó en 2013 la Jornada Mundial de la Juventud. En concreto, el parque del santuario del Cristo Redentor dio acogida a 74.021 personas, número récord de visitantes durante ese periodo. Sólo durante el Mundial se alcanzaron cifras similares, con 73.716 visitantes durante la segunda semana del Mundial, llegando a registrarse picos de turistas de alrededor de 12 mil personas al día.
El Cristo Redentor se ubicó en el año 1923 en el morro de Corcovado por tratarse del punto más alto de la ciudad. La obra, dirigida por el ingeniero Heitor da Silva Costa, fue diseñada por el artista plástico Carlos Oswald y proyectada por el arquitecto francés Paul Landowsky. Hoy, 83 años después de su inauguración, el monumento se ilumina en verde y amarillo, consolidado ya como símbolo de Brasil.
Sobre el turismo en Brasil
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