Inicio Empresas y Negocios El Deutsche Bank abandona la Argentina y otros nueve países

El Deutsche Bank abandona la Argentina y otros nueve países

Está en el país desde 1887. Además, despedirá a 26.000 empleados en todo el mundo.


El banco privado alemán, el Deutsche Bank anunció que deja de operar definitivamente la Argentina y en otros 9 países. Es una medida en línea con el severo recorte de 26.000 puestos de trabajo, al fijarse como objetivo reducir de 103.000 empleados a 77.000 en un lapso de cuatro años, hasta 2018.

La retirada será completa en diez países: Argentina, Chile, México, Perú y Uruguay, Dinamarca, Finlandia, Noruega, Malta y Nueva Zelanda. En Latinoamérica seguirá presente solo en Brasil.

En la Argentina el Deutsche se estaba activo desde hace 128 años. Se había convertido en un banco de segundo piso o mayorista desde que en 1997 decidió vender su negocio minorista, integrado por una red de 48 sucursales, al hoy desaparecido Bank Boston (hoy en manos del chino ICBC Bank).

Desde entonces, se convirtió en un banco orientado a la colocación de deuda soberana y corporativa. Y a operar como banco de inversión para grandes clientes corporativos. La crisis del 2001 y la desaparición de la Argentina como emisor de deuda soberana en los mercados internacionales -situación que aún perdura- le achicó mucho el campo de acción al Deutsche. El default no resuelto con los holdouts también afectó a las empresas privadas, que prácticamente dejaron también de emitir deuda en el exterior.

El Deutsche concentraba también en sus manos la operatoria de Certificados de Depósito Argentinos (CEDEAR), que son títulos valores vinculados con empresas no argentinas que cotizan en la Bolsa de Comercio de Buenos Aires. Son los papeles que permite comprar desde la bolsa de Buenos Aires acciones de, por ejemplo, Apple, o Google, entre otras.

El Deutsche se instaló en el país el 5 de agosto de 1887 como Deutsche Uebersee-Bank (Banco Alemán Transatlántico). La de Buenos Aires fue su primera subsidiaria Latinoamericana, en Buenos Aires.

El negocio del Deutsche en la Argentina es muy chico. Tiene abiertas apenas 307 cuentas corrientes, cuenta con 95 empleados que trabajan todos en la única oficina activa, en el piso 13 del Edificio República. Según registros del Banco Central, tiene un activo de 3.486 millones de pesos, un pasivo de 2.045 millones y obtuvo en su último balance una ganancia de 184 millones.

“Les aseguro que la reducción de plantilla se llevará a cabo de forma justa y tras un diálogo con los comités de empresa”, dijo el nuevo co-jefe de la compañía alemana, el británico John Cryan.

El ejecutivo, en el cargo desde julio, explicó que aspira a que el banco sea más sencillo y eficiente: “Eso significa que cerraremos algunas de nuestras filiales, nos retiraremos de algunos países y reduciremos nuestra plantilla en las secciones de atención al cliente e infraestructuras”.

La reestructuración también se vio reflejada en el balance del tercer trimestre, con pérdidas récord de 6.000 millones de euros. El banco informó el miércoles por la noche que suprimirá los dividendos para los años 2015 y 2016. Es la primera vez en 60 años que el Deutsche Bank no da dividendos anuales a sus accionistas.

La reestructuración aspira a ahorrar unos 3.800 millones de euros (4.100 millones de dólares) en costos brutos y costará entre 3.000 y 3.500 millones de euros, incluidas las indemnizaciones por despido.

El presidente ejecutivo Cryan había anunciado el domingo la reorganización de la institución, seriamente afectada por varios escándalos, con el fin de “crear un banco mejor controlado, más eficiente en los costes y más centrado”.

Cryan, que fue director financiero del banco suizo UBS, asumió la dirección del Deutsche Bank en sustitución de Anshu Jain. Comparte la dirección con el alemán Jrgen Fitschen, que se retirará definitivamente en mayo de 2016. Cryan se quedará de director único a partir de entonces.