Debido a los rápidos cambios en la tecnología y los negocios, el entorno de aplicaciones de las empresas se ha vuelto cada vez más complejo. Actualmente, los líderes de TI se enfrentan a retos cada vez más dinámicos: por un lado, están las limitaciones presupuestarias y la escasez de personal calificado y, por el otro se plantea el desafío de tener que gestionar un portfolio de aplicaciones caduco e inflexible, que se espera satisfaga las demandas crecientes de una clase de usuarios finales cada vez más conectada.
En este contexto, no es de extrañar que el 80% de los CIOs consideren al rendimiento de aplicaciones como una de las principales prioridades para su compañía. Sin embargo, solo la mitad cree que puede responder a las nuevas demandas cambiantes del lugar de trabajo, es por eso que a menudo se preguntan sobre sobre cómo se puede maximizar el valor de las aplicaciones existentes en lugar de invertir en nuevas y acerca de las formas a partir de las cuales se podría mejorar la posición competitiva de la organización manteniendo los costos bajo control.
La Transformación “Sin interrupciones”
Los métodos tradicionales de oferta de soluciones pre-construidas (por ejemplo “romper y reemplazar”) están frecuentemente en conflicto con las inversiones existentes de una organización y son considerados costosos y arriesgados. Hoy en día las empresas necesitan un socio que sea escéptico en relación a plataformas y aplicaciones; que pueda aprovechar las herramientas, el personal, los procesos y la infraestructura existente, mientras las optimiza con estándares y mejores prácticas de la industria. Las empresas esperan flexibilidad en términos de estructuración de contratos, esto se traduce en una reducción del costo total de propiedad y en una mejor alineación de las TI con el negocio, lo que lleva a una transformación sin interrupciones mediante la modernización a través de nuevas posibilidades como movilidad, social media, análisis y cloud.
El futuro de los servicios gestionados de aplicaciones debe operar fuera del ámbito de las funciones de rutina, para proporcionar conocimientos sobre el estado de las aplicaciones de la organización en tiempo real, se debe alinear a las TI con el negocio para reducir los costos y dar soporte a las metas de la organización. También se debe cumplir la promesa de una experiencia siempre activa y preparada para el futuro para los usuarios finales.
Para saber qué se necesita para alejarse de los estándares y obtener mejores resultados a menores costos, hay que elaborar una estrategia que considere estos tres puntos:
1. Diseño impulsado por análisis: Analizando operaciones, las organizaciones pueden aprovechar conjuntos y soluciones de herramientas altamente integrados. De esta forma, se pasará de modelos de soporte reactivos hacia proactivos, preventivos y predictivos.
2. Enfoque en los usuarios finales: En el momento de entregar servicios de TI, una visión orientada hacia las personas puede ayudar a las organizaciones a simplificar la gestión de su entorno de cómputo y optimizar la forma en que usuarios y aplicaciones usan la infraestructura. Una manera de hacerlo es analizar los datos históricos, identificar problemas predecibles y trasladarlos hacia una fuente de resolución más cercana.
3. Enfoque ligero y ágil: En la agilidad está la capacidad de responder con rapidez a los cambios y a las demandas en aumento. La mayoría de los proyectos de aplicaciones corren el riesgo de no estar alineados a los negocios, ser demasiado lentos y exceder el presupuesto. Por lo tanto, la adopción de un enfoque ligero y ágil hacia el diseño y suministro de soluciones permite proporcionar aplicaciones modernas y nuevas funcionalidades que impulsan la productividad de los usuarios finales y ayudan a lograr los objetivos del negocio.
Impulsando el crecimiento de la empresa
No hay duda que el costo y la complejidad de gestionar aplicaciones empresariales está creciendo exponencialmente, y esta realidad deja poco o ningún espacio en el presupuesto de TI para innovación. Las organizaciones que buscan prosperar en el entorno dinámico mundial de hoy requieren una combinación de un cuidadoso análisis, un abordaje flexible y de los socios de tecnología adecuados. Por ello, es inminente gestionar un portfolio de aplicaciones eficientes que disminuyan los riesgos, incrementen la productividad y reduzcan los costos operacionales.