El crecimiento de las importaciones, que entre enero y septiembre avanzó 29 por ciento para sumar algo más de 32.000 millones de dólares, es estudiado por funcionarios del Gobierno, que ven en este aumento una mezcla de necesidades propias de la industria, junto con el fuerte impulso del consumo interno.
Mientras las exportaciones aumentaron a un ritmo del 16 por ciento anual alentadas -en especial- por los buenos precios de las materias primas, en el caso de las compras se verifican distintos comportamientos.
Entre enero y septiembre hubo un aumento del 30 por ciento en los bienes de consumo, pero también del 28 por ciento de los Intermedios es decir, aquellos productos que son insumos para las industrias locales.
Si se toma todo el año, “lo que puede ver es que las empresas han salido a comprar insumos para las industrias, como poroto de soja para hacer aceite, o autopartes, y eso es muy bueno, porque estamos comprando materia prima o intermedia para elaborar productos de mayor valor agregado”, dijo un funcionario.
Sin embargo, la compra de bienes de consumo crecieron por encima de ese promedio, incluso la importación de alimentos y bebidas.
“Hay una recuperación del consumo, y en especial, de los más caros, como alimentos y bebidas refinados” renglón este último que creció un 31 por ciento, “pero es de magnitudes muy pequeñas”, de alrededor de 350 millones de dólares, explicó la fuente.
También se nota un aumento en la adquisición de tecnología, como computadoras, y en menor medida, de celulares.
Un caso distinto es el de la importación de combustibles, que aumentó en lo que va del año un 60 por ciento. Alentada por las restricciones de energía, la balanza comercial reflejó importantes compras de gasoil, electricidad y fueloil. Incluso, la adquisición de grupos electrógenos se convirtió en un rubro importante dentro del incremento de las importaciones de bienes de capital.
En una economía que crece a una tasa de entre el 8 y 9 por ciento anual este mayor impulso a las importaciones refleja la necesidad de cubrir baches en la estructura de producción y una demanda creciente de productos más refinados.
Entre enero y septiembre de este año se llevan vendidos productos por 39.304 millones de dólares, al tiempo que las compras sumaron 32.114 millones, por lo que el saldo de balanza comercial alcanzó a los 7.190 millones de dólares, un 20 por ciento menos que los 9.034 millones del año pasado.
Sin embargo, en Economía estiman que este año el intercambio dejará un superávit cercano a los 10.000 millones de dólares, que si bien estará por debajo de los 12.300 del año pasado, es considerado como un buen resultado.
Según las estimaciones del Ministerio de Economía, para el año que viene las exportaciones rondarán los 56.800 millones de dólares, y las importaciones los 46.800 millones, ambas con un crecimiento interanual del 10 por ciento.