DHL y la NYU Stern School of Business dieron a conocer el Índice de Conectividad Global de DHL (GCI por sus siglas en ingles). El informe, ya en su séptima edición, es la primera evaluación exhaustiva de la globalización durante la expansión de la pandemia del COVID-19. El documento hace un seguimiento de los flujos internacionales de comercio, capital, información y personas en 169 países y territorios. Tras haberse mantenido constante en 2019, las previsiones actuales sugieren que el índice caerá de manera significativa en 2020 debido a los efectos del distanciamiento en las sociedades, el cierre de fronteras, las prohibiciones de viajar y el freno de las aerolíneas. Sin embargo, es improbable que la pandemia haga caer el nivel general de conectividad global por debajo de los niveles de la crisis financiera global de 2008-2009. Los flujos de comercio y capital ya han comenzado a recuperarse, y los flujos internacionales de datos se incrementaron durante la proliferación de la pandemia, cuando los contactos personales fueron trasladados al mundo online, provocando un auge del tráfico internacional de Internet, las llamadas internacionales y el e-commerce.
«La crisis actual ha demostrado que los contactos internacionales son indispensables para mantener la economía global, asegurar el sustento de las personas y ayudar a las empresas a reforzar sus niveles comerciales», afirma John Pearson, CEO de DHL Express. «Las cadenas de suministro y redes logísticas conectadas desempeñan un papel esencial para asegurar que el mundo siga funcionando y estabilizar la globalización, especialmente en una crisis que abarca todo el planeta. Eso nos recuerda la necesidad de estar preparados para cualquier eventualidad. El reciente avance decisivo en el desarrollo de la vacuna ha puesto de relieve la importancia sistémica de una logística médica rápida y segura, dependiente de una red mundial interconectada que asegure de manera efectiva la distribución internacional».
Aunque el COVID-19 ha trastornado la actividad económica y la vida en todo el mundo, no ha dañado los vínculos fundamentales que conectan a los países entre sí. «Este informe muestra que la globalización no se desmoronó en 2020, sino que la pandemia transformó (al menos, temporalmente) la manera en que se conectan los países. También pone de manifiesto tanto los peligros de un mundo en el que se rompen vínculos esenciales como la urgente necesidad de lograr una cooperación más efectiva frente a los desafíos globales», comenta Steven A. Altman, coautor del informe, investigador académico y director de la Iniciativa de DHL sobre Globalización en la NYU Stern School of Business. «Una mayor conectividad a nivel global podría acelerar la recuperación mundial tras la pandemia del COVID-19, ya que los países que están más conectados a los flujos internacionales tienden a lograr un crecimiento económico más rápido».
Auge de los flujos digitales, recuperación de los flujos comerciales y de capital, caída de los flujos de personas
Como era de esperar, los flujos de personas han sufrido una caída sin precedentes en 2020 a consecuencia de los confinamientos y las prohibiciones de viajar para contener la expansión del virus. El número de personas que viajan al extranjero va camino de registrar una caída del 70% en 2020, según las últimas previsiones de la ONU. Posiblemente, el turismo internacional no alcanzará el nivel previo a la pandemia hasta el 2023. En cambio, los flujos de comercio, capital e información soportaron el embate sorprendentemente bien. El comercio internacional se recuperó con fuerza tras una caída en picada al inicio de la pandemia, y sigue siendo una tabla de salvación para las economías de todo el mundo.
Los flujos de capital se vieron más afectados. Los flujos de inversiones extranjeras directas (IED), reflejo de las operaciones de compras, consolidación o reinversión de las empresas en otros países, podrían caer un 30?–?40% este año, también según los pronósticos de la ONU. No obstante, las decididas respuestas en materia de política de los gobiernos y los bancos centrales han contribuido a estabilizar los mercados. Los flujos de información digital han aumentado desde que la pandemia nos obligó a trasladar el trabajo, los juegos y la educación al medio online. Las personas y las empresas enseguida tomaron medidas para mantenerse conectadas digitalmente, disparando incrementos de dos dígitos en el tráfico global de Internet.
Europa lidera el ranking de los países más conectados globalmente, mientras que los países del sudeste asiático sorprenden con un rendimiento por encima de sus pares
El Índice de Conectividad Global de DHL emplea más de 3,5 millones de puntos de datos para hacer un seguimiento de la globalización de 169 países en el periodo comprendido entre 2001 y 2019. El índice mide la conectividad global de cada país en función del tamaño de sus flujos internacionales en relación con el tamaño de su economía nacional (‘profundidad’) y la medida en que sus flujos internacionales se distribuyen por todo el planeta o bien de manera más localizada (‘amplitud’).
Los datos más recientes muestran que Países Bajos vuelve a ser el número uno en el ránking de los países más conectados globalmente del mundo. Singapur, Bélgica, los Emiratos Árabes Unidos e Irlanda completan la lista de los cinco primeros puestos. Singapur lidera el índice respecto a los flujos internacionales en relación con la actividad nacional. Asimismo, ningún país posee una distribución de flujos más global que el Reino Unido. Europa es la región del mundo más globalizada, y 8 de los 10 países más conectados globalmente pertenecen a esta región. El Viejo Continente lidera en flujos de comercio y de personas, mientras que Norteamérica es la región número uno en flujos de información y de capital.