Durante mucho tiempo la privacidad de los datos y el marketing online se han tirado los trastos a la cabeza. Ahora les toca llegar a un entendimiento.
Vivimos en una era en la que la privacidad tiene la vitola de ser lo más importante para el consumidor. Esa privacidad choca, no obstante, con los intereses del marketing, cuya particular “gasolina” son los datos. ¿Es posible entonces hacer llegar al consumidor mensajes relevantes y verdaderamente útiles sin “pisotear” su confianza?
Philipp Justus, vicepresidente de Google para Europa Central, ha intentado hoy procurar respuestas a esta peliaguda pregunta en el festival Online Marketing Rockstars (OMR).
A juicio de Justus, durante mucho tiempo la privacidad de los datos y el marketing online se han tirado los trastos a la cabeza. Sin embargo, “este mindset ya no funciona. Vivimos en un mundo en el que la privacidad es lo primero y hay que adaptarse a esta nueva situación”, asegura.
“El consumidor desea observar un claro vínculo que entre los datos que comparte y lo que recibe a cambio”, subraya Justus. De la existencia de ese vínculo depende la buena sintonía (que puede haberla) entre la privacidad de los datos y el marketing online.
Consciente de que el consumidor demanda inexorablemente este vínculo, Justus afirma que Google desafía constantemente a sus ingenieros y les confronta con esta cuestión: “¿Cuál es la mínima cantidad de datos necesaria para crear mejores servicios?”.
Justus apunta que el usuario de Google puede gestionar su privacidad desde su propia cuenta, donde puede ver los datos personales que la compañía de Mountain View tiene en su poder y decidir lo que ésta puede hacer en último término con ellos.
“No se trata de recopilar datos así porque sí. Se trata de saber qué datos son relevantes”, apostilla el ejecutivo de Google.
Fuente: Marketing Directo