No se trata de una moda. Se trata de investigaciones y conclusiones científicas reales que vienen realizando ya desde 1946 la Asociación Americana del Corazón y diversas entidades de salud, donde se afirma con certeza que el ácido graso Omega 3 es vital para prevenir, entre otras patologías, las enfermedades cardiovasculares.
Las enfermedades cardiovasculares son la principal causa de muerte en todo el mundo. Incluye diferentes patologías, entre las cuales se destacan la arteriosclerosis, la hipertensión arterial y el tromboembolismo.
La mayoría de ellas se deben a un aumento de los triglicéridos y/o el colesterol en la sangre. Cuando los niveles de colesterol “malo”
superan los valores normales, se empieza a acumular en las paredes de las arterias, endureciéndolas y reduciendo su calibre, lo que ocasiona una disminución del aporte de oxígeno a los tejidos y como consecuencia, hipertensión arterial.
Si este fenómeno ocurre en las arterias coronarias que llevan sangre a las paredes del corazón, ocasionará un infarto.
Si los vasos involucrados son los cerebrales, estamos ante un muy probable accidente cerebro-vascular.
Un amigo del corazón
La Fundación Británica de Nutrición en 1999 y la Organización Mundial de la Salud, en 2002, luego de numerosas investigaciones, certifican los efectos favorables del Omega 3 en la disminución del colesterol y los triglicéridos.
El ácido graso Omega 3 es un componente indispensable en la pared de todas las células del organismo, participa en los procesos de regulación de los triglicéridos y el colesterol.
Su déficit ocasiona serias enfermedades.
Es importante señalar que como el aceite omega 3 es un ácido graso poliinsaturado esencial que nuestro organismo no puede producir, es necesario incorporarlo a través de la alimentación, enriqueciendo los alimentos o por medio de un suplemento dietario.
El consumo adecuado de Omega 3 (alrededor de 2 gr.diarios) actúa como un poderoso factor de prevención en las enfermedades cardiovasculares. Estos son algunos de los beneficios que produce su
ingesta:
* Disminuye los triglicéridos
* Optimiza la relación entre HDL (colesterol bueno) y LDL (colesterol malo)
* Disminuye la hipertensión arterial
* Inhibe la producción de trombosis arteriales. Es antiarrítmico. Previene los nuevos eventos cardíacos en pacientes con infarto previo
La semilla de chía, poderosa fuente de Omega 3
Existen dos fuentes de Omega 3 en la naturaleza, una es de origen animal, como el aceite de pescado o mariscos y la otra, vegetal:
algas marinas, pescados, soja, canola, frutos secos, semillas de lino y semillas de chía.
Salvia Chía es una planta milenaria que ya cultivaban los aztecas y los nahuas en América, fue utilizada como medicina y como parte de su alimentación. La colonización hace desaparecer prácticamente esta especie, que aún así pudo sobrevivir más de 500 años.
Hoy se la vuelve a redescubrir, otorgándole su valor real como una verdadera aliada para prevenir e implementar con éxito el tratamiento de diversas enfermedades.
Las semillas de chía contienen alrededor de un 30% de aceite, del cual más del 60% es de Omega 3. Ninguna fuente natural posee tanta cantidad de ácido graso esencial Omega 3.
Además, la chía no contiene olor a pescado y su composición carece de factores tóxicos y antinutricionales.
La Asociación Amigos de Corazón recomienda consumir de 0,5 a 1,8 gr. de Omega 3 por día para prevenir eventos cardiovasculares y como parte del tratamiento en pacientes con infarto previo.