Era una noche lluviosa en Santo Domingo, República Dominicana. Estaba ofreciendo una conferencia en la UASD (Universidad Autónoma de Santo Domingo). Quienes asistieron ese martes por la noche eran estudiantes “de término”. No siempre llegan a mis conferencias personas interesadas en emprender su propia empresa. Algunos llegan por curiosidad o por “si acaso” un día se quedan sin empleo. Esa noche de “invierno”, habían poco más de cien estudiantes deseosos de emprender su propia empresa.
Al fondo de la sala, un estudiante levantó la mano y preguntó: “Don Enrique, cuál es la diferencia entre un emprendedor y un empresario”.
Es curioso; pero en vez de responder directamente y después de un breve silencio le dije: “Los emprendedores no tienen éxito”. ¡¡¡Wow!!! ¡Se me puso la piel de gallina! ¡¡¡Me estaba ofendido a mí mismo!!! Siempre me he considerado una persona entusiasta y, sobre todo, un emprendedor obstinado.
Ya recuperado del terror de haber dicho eso, agregué lo siguiente:
“El emprendedor es como el adolescente: inquieto, impetuoso, romántico, entusiasta, alocado, cada día tiene nuevas ilusiones, mejores que las de ayer. Para que el emprendedor tenga éxito, debe madurar y convertirse en “adulto”, convertirse en empresario. Tomar una sola idea de negocios y casarse con ella. Darle duro hasta que convertirla en una gran empresa”.
No estoy seguro si los estudiantes captaron el valor del mensaje, en ese momento; pero yo estaba descubriendo el tercer “secreto del camino probado” que siguieron quienes hoy son dueños de grandes empresas: El poder del enfoque.
He hablado sobre esa experiencia en ocasiones anteriores. Varias veces me han preguntado lo mismo en otras conferencias. Ya no se me pone la “piel de gallina” y puedo contestar fuerte, claro y vehementemente lo que respondí esa noche: “el emprendedor debe madurar y convertirse en empresario”.
Hace algunos días, le comentaba a los casi doscientos estudiantes que llegaron a la conferencia que impartí en el II Foro de Emprendimiento, Innovación y Competitiva organizado por la Universidad Latina en Panamá lo siguiente:
“Yo hubiera querido ser menos inteligente; pero el doble de perseverante”.
¿Qué quise decir con eso? Que una cualidad que he visto repetirse una y otra vez en los empresarios más exitosos que he conocido es su obstinación, persistencia y trabajo enfocado. Muchos no tuvieron estudios universitarios, saben poco de finanzas y poca formación formal en gerencia; pero lograron crear empresas con éxitos espectaculares.
Saltar de una idea a otra, de un producto milagroso al que sigue, de un negocio a otro negocio. Incluso teniendo varios “negocios” al mismo tiempo, sin que ninguno sea realmente una empresa y sin que ninguno realmente genere ganancias. Creerse la historia de que somos grandes empresarios porque estamos emprendiendo. Esto no lleva al éxito. Dispersar esfuerzos, no enfocarse ni especializarse es uno de los 30 peores errores del emprendedor.
Y esto no le sucede solo a emprendedores cuando están comenzando, le sucede también a empresarios con negocios ya en marcha, que cambian con demasiado frecuencia sus enfoques de negocios, pensando que están innovando, cuando muchas veces lo que están haciendo es dando “patadas de ahogado.
Lo que hoy te quiero decir es tan importante que puede significar un cambio radical en la forma de hacer las cosas de muchos de nosotros. Yo hubiera querido que alguien me gritara esto fuerte en la cara a mis treinta años:
“Enfócate, enfócate, enfócate. Elige tu musa. Elige una sola cosa, dedícate a ella con alma y corazón. Conviértete en el mejor en eso que elijas. No miras atrás. No mires a un lado. Sé fiel con tu musa, sé fiel con el proyecto de negocios que elijas. “
Yo mismo caminé muchos caminos, muchos trillos y montañas. Me hubiera ahorrado mucho dinero y muchos años, si hubiera tenido tan claro esto como ahora lo tengo. Mirando atrás he visto que es verdaderamente uno de los secretos del éxito: el poder del enfoque es poderoso.
Enfócate en esto: “Debes elegir un producto o un servicio que la gente realmente necesite, conviértete en experto en eso y ofrécele de manera excepcional”.
Si lo haces así, alcanzarás el éxito.
Pero el poder del Enfoque es más poderoso que cualquier otra habilidad, talento, don y cualidad.
Mira que la lupa más barata del bazar puede encender un fuego. Cuando colocas una lupa de cara al sol, para que el rayo de luz pase por ella y caiga sobre un poderoso tronco de madera. Si lo mantienes en el mismo sitio durante suficiente tiempo, ese pequeño punto de luz sobre la madera hará que se convierta en fuego. Así de poderoso es el poder el enfoque.
El poder del enfoque también se parece a las gotas de agua que, durante miles de años, caen sobre una piedra y terminan perforándola.
Ese es el poder el poder del enfoque.
Llevo casi 30 años asesorando y acompañando a cientos de empresarios en las más diversas actividades económicas. Los empresarios más exitosos lo son por el poder del enfoque, se vuelven obsesivos en el negocio que han elegido y luchan hasta convertir esos negocios en imperios.
Hace unos días, una suscriptora de República Dominicana, me preguntaba si realmente un pequeño dueño de negocios, puede salir adelante sin recursos, con pocos conocimientos y con el viento en contra.
Le respondí: por supuesto que sí. No porque lo haya leído en los cientos de libros de superación personal que se venden, sino porque lo he visto con mis propios ojos.
He visto:
• Un hombre que distribuye arena, block y piedra, construyendo una compañía de venta de autos usada,
• He visto un hombre sin estudios universitarios, crear una financiera muy exitosa y rentable.
• He visto un hombre sin dinero y sin el apoyo de su familia, comenzando con la venta de yuca y plátano, construir una gran empresa que exporta frutas a Europa por más de nueve millones de dólares al año.
• He visto un hombre que tuvo que dejar su país, escondido en un barco, por problemas con el fisco y con proveedores, comenzar de nuevo y construyendo una cadena de casi quince restaurantes. Para volver a su país 10 años después y hacer frente a todos sus compromisos.
• He visto muchas historias de éxito, durante todos estos años.
He visto a mucha gente fracasar. He visto a muchos levantarse de nuevo y volver a empezar, como el Ave Fénix.
Si lo que he escrito hasta ahora tiene relación con tu proyecto de negocios, si no has logrado las metas que te has planteado, si deseas llevar tu empresa al siguiente nivel de crecimiento. Si esto tiene que ver contigo te invito a tomar una decisión en este momento: A partir de hoy mismo adquirirás el hábito de enfocar todo tu corazón, toda tu alma, toda tu capacidad, tus talentos y tus habilidades a una sola meta: la meta de elegir una idea de negocios con verdadero potencial de ganancias y perseverar obstinadamente hasta convertirla en una gran empresa, que te genere más ventas, más ganancias y más riqueza.
¿Estás enfocada o enfocado? ¿Qué sientes que falta para poder enfocarte como deberías? De tu experiencia, qué resultados a vivido gracias a esos periodos de enfoque.