El Porvenir de Cayafate, bodega de familia, realizó una partida especial de 1800 botellas de su primer Laborum Bonarda, cosecha 2013, elaborado a pedido de Phil Crozier, Wine Director de la cadena Gaucho Grill de Inglaterra. De este modo, la bodega suma una nueva etiqueta a la carta del famoso restaurante, donde actualmente tiene 7 vinos listados.
Gaucho Grill tiene su sede principal en Londres y es la cadena de cocina argentina que más factura en Europa. Cada año, un millón y medio de comensales dejan allí unos 60 millones de dólares. De ahí la importancia de integrar su carta de vinos y transformarse en un proveedor cada vez más importante para el mercado del Reino Unido.
“Estamos muy contentos de que en la primera elaboración de esta cepa hayamos logrado un acuerdo con Gaucho Grill ya que nos ayuda a seguir posicionando nuestra bodega en Inglaterra, nuestro principal mercado dentro de Europa, y también porque nos motiva a seguir realizando microvinificaciones, descubriendo el potencial de variedades que no son tradicionales del valle como la Bonarda”. -explica Lucía Romero Marcuzzi, Directora de la bodega El Porvenir de Cafayate y agrega: “Gaucho Grill es un restaurante referente de la alta gama que ayudó a posicionar el vino argentino en Inglaterra, por eso para nosotros es un orgullo integrar su cava con vinos que representan lo que Salta puede ofrecer al mundo”.
La carta de vinos de Gaucho Grill es reconocida por la mística que Crozier le imprime a su selección, organizándola por regiones, atributos y por la historia detrás del vino, no por precio como es lo habitual. Este sommelier, que vende 700.000 botellas de vino al año, es el mayor comprador de vinos argentinos en Inglaterra.
La cosecha 2013 de este Bonarda que parte con destino a Londres, pasó 10 meses por barricas de roble francés y tiene un potencial de guarda de hasta 8 años. La bodega acaba de embotellar la cosecha 2014, y la 2015 está en barricas en este momento. En un futuro cercano, la idea es que estos vinos sean comercializados también en Argentina debido al insipiente auge local de esta cepa.
En palabras de su enólogo, Mariano Quiroga Adamo, la Bonarda es una cepa “a la que le gusta el calor y brinda vinos de colores intensos con matices violáceos y negruzcos. Sus aromas de frutas rojas y negras -junto a un paladar goloso y agradable con taninos suaves- hacen que sean vinos fáciles de beber. Es una variedad que puede dar vinos elegantes y complejos siempre que se la cuide adecuadamente, es decir, dejando de lado los altos rendimientos y enfocándose en la calidad”.
Para el enólogo esta cepa encontró en el Valle de Cafayate un interesante lugar para expresarse muy bien. “Allí, el clima es seco/desértico con escasas precipitaciones anuales que rondan los 120 mm a 150 mm anuales, una altura de 1700 msnm con radiación solar muy intensa, una amplitud térmica de hasta 20ºC y suelos pobres, principalmente franco arenosos. Todo ésto hace que la madurez sea lenta y completa tanto química como polifenólica, lo cual deviene en vinos de gran calidad y equilibrio”- concluye el enólogo.
En Argentina es la segunda cepa tinta de calidad en extensión detrás del Malbec, creció durante la última década sumando algo más de un 20% de superficie. Así junto a nuevas formas en su cultivo, desde hace más de 10 años, la Bonarda dejó de ser una cepa para vinos populares para ocupar un lugar de privilegio en el mercado.