El fabricante chino Lenovo produjo en 2004 su primer computador. Al comienzo, tuvo que luchar con gigantes extranjeros como Dell e IBM por un espacio para sobrevivir en su propio mercado local. Pero, en sólo tres años, no sólo logró consolidarse en China, sino que expandió las ventas de sus productos a Estados Unidos y al resto del mundo. Nueve años después de su debut, en 2013, ya era la empresa número uno en venta de computadores a nivel mundial.
Pero la compañía no se quedó ahí y su expansión en nuevos negocios ha seguido el mismo patrón. Hace cuatro años fabricó su primer celular y hoy se encuentra en el cuarto lugar en ventas globales. Y sigue escalando. Junto con su compatriota Huawei, fueron las únicas dos firmas que incrementaron su participación en el mercado global en el segundo trimestre, quitándole una cuota a los líderes tradicionales, y Lenovo marcó un récord de ventas por volumen de 295 millones de unidades.
A comienzos de año concretó la adquisición de la división de equipos móviles de Motorola a Google para mejorar su hardware y así posicionarse como el tercer actor de la industria, por debajo de Samsung y Apple.
Evidencia en las cifras la diversificación hacia nuevas áreas ha rendido frutos que se reflejan en el balance. Sus ingresos totales este año fiscal a abril aumentaron 14% a USD$38.700 millones. Y una vez que se apruebe la compra de Motorola, y la adquisición del negocio de servidores de IBM, que están siendo evaluadas por las autoridades de EEUU, su facturación llegaría a USD$ 50 mil millones, triplicándose en apenas cinco años.
Sus ganancias antes de impuestos, en tanto, alcanzaron este año por primera vez la barrera de los USD$ 1.000 millones.
Escarbando en la basura los positivos resultados son un reflejo del modelo que impulsa su director ejecutivo, Yang Yuanqing, catalogado a veces como “poco glamoroso” ya que se enfoca en “buscar entre los desechos” de otras empresas y reutilizar sus tecnologías para mejorar sus propios productos. “No solamente podemos mantener los alimentos de producción, sino que podemos ser más innovadores que otras compañías”, comentó Yang. “Es por eso que en los últimos cinco años le hemos ganado a todas las compañías de computadores en el mundo”.
Un ejemplo claro de esta metodología es la reciente adquisición de Motorola, que fue desechada por Google. El gigante de Internet compró Motorola en USD$ 12.500 millones en 2012 principalmente para obtener su portafolio de patentes y evitar la incómoda posición de tener que competir con un fabricante de teléfonos que usaba su propio sistema operativo Android.
La misma estrategia estuvo tras la compra de la unidad de IBM, que está abandonando la producción de hardware para enfocarse en el negocio de mayores márgenes de servicios de consultoría para empresas.
La relación entre ambas empresas comenzó en 2005, cuando Lenovo compró la división de computadores de IBM. En ese entonces, la firma china era un desconocido en las tiendas de Estados Unidos.
La estrategia ha pagado con creces. “El negocio de computadores de IBM era visto por ellos mismos como un activo problemático”, dice Roger Kay, un analista del mercado tecnológico, “y Lenovo lo dio vuelta y lo convirtió en el negocio más rentable de computadores en el mundo”.
Su última apuesta sigue el mismo modelo. Su nueva tablet, ThinkPad, tendrá las dos características que han impulsado su acelerada expansión: un producto de bajo costo dirigido a empresarios.