De aficionados a sommelier, la posibilidad de una bodega en casa atrae cada vez más adeptos. Sucede que, para los vinos, el lugar de guardado es casi tan esencial como su cosecha o su modo de estacionamiento. Por eso, según el presupuesto y el espacio, las opciones son múltiples: cavas propias, rincones reservados para este uso o, incluso, ambientes destinados a guardar el vino. Pero, en cualquier caso, con una serie de requisitos que deben cumplirse siempre.
El principal es la iluminación: cualquier diseño destinado a bodega se debe ubicar en un lugar sombrío. Y, en lo posible, también deben evitarse los ruidos y los olores fuertes: lo ideal es que sea exclusivo para las botellas.
Otro detalle a tener en cuenta el clima: los vinos deben permanecer a una temperatura constante (entre 11° y 15° como máximo ya que, a mayor número de grados, el vino evoluciona más rápidamente y disminuye su ciclo de vida). Además, las botellas deben colocarse siempre en posición horizontal y la humedad debe ser de un 70 por ciento.
Si se dispone de un gran espacio, lo ideal es instalar una bodega subterránea. Para esto, habrá que calcular una superficie mínima de 9 metros cuadrados en las que se puedan ubicar cerca de 400 botellas (se calcula un promedio de 350 a 1.500 botellas en una bodega de este tipo). Si no es posible una obra de tanta magnitud, existen otras alternativas: se puede reciclar un ambiente para darle este uso, o bien, comprar un mueble (tienen distintos tipos de capacidad). O fabricarlo a medida.
Tal es el caso de la bodega diseñada por Sofía Iogna (de la firma Meta) en un barrio cerrado en Maswichtz: “el mueble fue pensado con una estética limpia visualmente y que saliera de la tradicional bodega”, indica la diseñadora de interiores. El mueble abarca una pared que esta dividida en tres partes, en las que los laterales funcionan como bodega propiamente dicha. Aquí resalta la forma de colocar las botellas (al revés). “Buscamos un material que diera calidez al vino, por eso elegimos madera de cedro en color nogal oscuro; en la parte inferior utilizamos vidrio esmerilado para que el mueble no sea tan pesado”, agrega. En el lugar donde se realizó el mueble no llega la luz directa, para conservar la calidad.
Algunas firmas ofrecen cavas climatizadas para vinos estándar, en las versiones de 60 a 400 botellas, que realizan los diseños y construcción e instalación total de las cavas. “La clave es diseñar aprovechando los lugares disponibles y la geometría existente”, señala Miguel Lépore, socio gerente y cofundador de Argen-Cava. Estos equipos tienen un sistema de refrigeración con evaporador, que sirve para controlar temperatura y humedad