El veganismo es la revolución de la era moderna, es volver a insertar dentro de nuestros ideales valores puros como el amor, el respeto, la empatía, la libertad, el equilibrio, la naturaleza y el bienestar. Y digo más purificados porque hoy en día los tenemos, en nuestra vida, con la familia, amigas/amigos/amigues (como prefieran), pareja, mascotas. Pero creo que estamos en disonancia, porque amamos y respetamos de forma muy selectiva: ¿Por qué amamos a algunos animales y nos comemos otros? ¿Por qué nos quejamos de la basura y no hacemos nada para que se genere menos? ¿Por qué nos vamos de vacaciones para ser “libres” en la naturaleza pero volvemos para estar “presos” de la ciudad? La respuesta está en las preguntas, son las contrapartes las que nos desequilibran, lo que nos saca de nuestra naturaleza.
Ser VEGAN es volver a las raíces, es despertar, es ir por lo que fluye naturalmente para todos los seres humanos y dejar que la naturaleza pueda también fluir y proveernos de la abundancia que tiene para el mundo. No pasa solamente por el respeto animal, va mucho más allá: no solo explotamos a otras especies como un holocausto constante e indiscriminado que la mayoría omite ver porque “es más fácil no saber”. Lo digo de esta forma porque todo lo que nos inculcaron es ficticio para nuestro cuerpo: se hace negocio con nuestra plata y nuestras vidas, porque lo cierto es que en el supermercado, alimentos reales es lo que menos encontrás.
¿Realmente creemos que fuimos diseñados biológicamente para comer cosas que vienen en envases de plástico o vidrio? ¿Y a costa de qué, por otra parte? ¿De destruir todo nuestro mundo? Pero muchos parecen no tener en cuenta estas cosas porque como la mayoría de los acontecimientos naturales aún no nos afectaron directamente (al menos no conscientemente, porque ya pasa pero en en grados imperceptibles a la consciencia colectiva actual), no nos impacta como para querer darnos cuenta de que el camino que estamos tomando como especie es incorrecto.
Ser VEGAN me permite estar más presente con mis alimentos y dedicarme más tiempo a mi persona para sentirme mucho más a gusto. Y no hablo de lo físico, me refiero a la sensación de estar y de darte algo realmente nutritivo para vos. Es sin dudas sentirse mucho mejor, estar más saludable y saber que lo que estás consumiendo no sufrió, que es más noble para tu cuerpo y para la naturaleza de la vida. Ser VEGAN es una filosofía de vida, es ser más íntegros con el todo. Y es un camino de ida, porque una vez que le diste la oportunidad, si escuchas a tu cuerpo, sin dudas te va a llevar para esa dirección. Es sentirse tan lleno que no solo vivís para vos, empezás a vivir queriendo estar y que todo esté en armonía. Es todo un proceso increíble de aprendizaje.
Así que a los que estén pudiendo leer, escuchar o ver esto que digo solo les puedo pedir que se dediquen un poco más de tiempo, la información está disponible en todos lados y más aún en la era de la información digital, donde con una simple búsqueda se pueden encontrar las formas en que tratamos y matamos a los animales que después nos comemos. Cuando ese “bichito de consciencia” termine de picar, acá estamos para que se sumen y nos ayuden a esta revolución para tener un mundo realmente mejor.
Asesoró: Lucas Marion, socio fundador de Estilo Veggie