¿Somos diferentes hombres y mujeres a la hora de emprender? ¿Tenemos diferentes necesidades y objetivos? ¿Cómo somos para generar la estructura que todo emprendimiento requiere para crecer? ¿Qué nos pasa si nos asociamos con congéneres o si buscamos el sexo complementario? Todas estas preguntas empiezan a circular por el universo entrepreneur, pues aunque vivamos en un mundo que clama por la igualdad de los géneros, no parece coincidir con la realidad.
Para iniciar el análisis, Andrea Jatar, creadora de de Viandas de la Olla (www.viandasdelaolla.com), sostiene que “en gran parte dependerá del rubro, pues puede ser más o menos favorable el género del fundador, debido a que culturalmente aún tenemos muchos prejuicios y preconceptos que derribar”.
En este sentido, Fernando Arzuaga, cofundador y CEO de Xubio (xubio.com), asegura que “el género seguramente influye, pues hombres y mujeres tenemos particularidades distintas. Pero no creo que eso vaya a influir en el éxito o fracaso de un proyecto, sino que eso dependerá del esfuerzo que cada uno ponga. Donde sí veo las diferencias es los obstáculos que quizá tengan que atravesar, pues para las mujeres la maternidad es un tema que puede traerles algunas complicaciones, sobre todo a la hora de coordinar horarios; muchas veces ellas organizan jornadas que combinan trabajo en la oficina y en el hogar. Mientras que para los hombres muchas veces el peso de todavía cargar con la responsabilidad de ser el que debe mantener la casa puede ser estresante. A pesar de que este concepto es ya algo antiguo, todavía muchos sienten este peso que, lejos de ser motivador, puede ocupar el lugar de la creatividad que se necesita para todo emprendimiento”.
“Ser mujer no marcó diferencias en el emprender. Creo que nos evalúan por nuestro costado profesional y no por el género. Igualmente, sé que hay diferencias aún en los ingresos que percibimos hombres y mujeres ante una misma tarea. El lograr que nos reconozcan por nuestros talentos es un trabajo que no debemos abandonar”, sostiene Laura Rey, creadora de Glitter Iluminación (www.glitter.com.ar).
“Conocemos que hay distintas capacidades de liderazgo entre hombres y mujeres, pero también creemos que hay diferencias de acuerdo a la personalidad de cada uno. Generalizar sólo por el género crea más problemas que soluciones”, opina Graciela Süss, fundadora de Süss Cupcake Café (www.susscupcakecafe.com.ar).
De a dos
Para muchos las diferencias aparecen al momento de buscar compañero de ruta profesional: socio. “En Clap Capacitación somos dos socias y nos entendemos en todo sentido: en nuestras formas de vida, en las cosas que podemos contemplar sobre lo que pasa fuera del trabajo. Nos complementamos y comprendemos de igual a igual. En cambio, conozco sociedades de hombres y mujeres donde surgen los conflictos cuando ellas tienen que, por ejemplo, combinar sus tiempos laborales con los de la maternidad”, asegura Iris Orfali, de Clap Comunicación (www.clapcapacitacion.com.ar), fundadora de la empresa junto con Romina Ticach.
La paisajista María Martha Pizzi, de Con Sabor a Hogar (www.consaborahogar.com.ar) cuenta con la ventaja, para ella, de compartir el emprendimiento con un hombre. “En cuanto al sexo del fundador, creemos que sí pueden advertirse diferencias. Hombres y mujeres tenemos características bien diferenciadas, así como modos de resolver situaciones y problemas, creemos que ambas se complementan, en la medida que se sabe escuchar y observar desde el punto de vista del otro. Hay cuestiones hasta prácticas en las que cada uno resolvería de manera diferente, lo bueno es tener diferenciado en qué área está potenciado el talento de cada uno. Las ventajas de ambos sexos en la sociedad están dadas en las dos visiones que se pueden tener ante la resolución de una problemática, y poder tomar de cada una lo mejor”, concluye.
Similar visión tienen Silvina y Nicolás Penerbosa, de La Botica de Quique (www.laboticadequique.com.ar). “Nos complementamos. Cada uno se ocupa de una parte y así funcionamos. Aunque entendemos que hay una idea del ‘liderazgo masculino’ ya sea desde el hombre o desde la mujer. Es una concepción estereotipada de como se dirige un proyecto. Por eso siempre intentamos buscar la mirada femenina o por lo menos igualitaria. Creemos que existe una manera equitativa a la hora de llevar adelante un emprendimiento o un equipo de trabajo, basada en el respeto a las diferencias y parada sobre las igualdades.”
Y para terminar de reforzar la idea de que sociedades mixtas son benéficas, María Eugenia Gonzalo y Javier Dalponte Roibás, socios de Estudio Volando Bajito (www.estudiovb.com), conocen las mieles de compartir trabajo y vida privada. “Nuestro emprendimiento se fundó de manera mixta desde un comienzo. En base a esto, hay muchas cosas positivas que equilibran la sociedad. En nuestro caso particular logramos complementarnos perfectamente, siendo en este caso mi rol, el de la comunicación, contacto con los clientes y manejo del equipo, y en el de Javier, el de ejecución de tareas de diseño y creativas, más de campo. Cada uno tiene sus particularidades, sobre todo en el trato con el cliente. Es siempre el rol femenino el más ‘social’ pero ayuda mucho el masculino a equilibrar y bajar a tierra las ideas”, describe María Eugenia.
Al team de sumar visiones se agrega también María Carolina Gonzalez Amat, fundadora y diseñadora de Los diseños de Lola (www.losdisenosdelola.com.ar). “Hombres y mujeres en general se complementan por la diversidad de opiniones y puntos de vista, llevando a tomar mejores decisiones, aunque no siempre resulta fácil llegar a un acuerdo.”
“Creemos que no debería haber diferencias en el liderazgo de acuerdo a cómo esté compuesta la sociedad del emprendimiento, porque lo importante es que ambos sepan hacia dónde quiere ir el negocio”, finalizan Belén Vulcano y Guadalupe Giani, socias de Mudo Objetos (www.mudoobjetos.com.ar).
Por todo esto, compartir y complementarse es la tendencia que más a ayudado a los emprendedores a la hora de planificar crecimiento.