Una oficina dividida entre veteranos de guerra y soldados recién reclutados se puede convertir en una auténtica guerra y un dolor de cabeza para el jefe. Así que, si eres tú ese jefe, trata de evitar que esto ocurra. ¿Cómo? Te lo contamos en este artículo. Apunta y pon remedio.
La discriminación por edad comienza en el mismo momento en el que una empresa se dedica a descartar currículum solamente por la fecha de nacimiento que aparece en ellos. Siendo esto así, ay que tratar de ponerle remedio. Lo ideal en una empresa donde la sabiduría de los veteranos se mezcle con la frescura de los jóvenes empleados y unos puedan aprender de los otros.
Lo primero que hay que tener muy claro y muy en cuenta es la cultura de la empresa y sus valores. Hay que ajustarse a ellos para todo, también a la hora de contratar. No puedes vender diversidad cuando en tu oficina todos los trabajadores están cortados por el mismo patrón, al igual que tampoco puedes dar por hecho que el perfil que tú buscas solamente existe en un rango de edad determinado.
Una vez que tienes a las personas contratadas, ¿cómo debes gestionar la oficina? Muy sencillo, lo primero tratando a todos por igual. Los empleados que llevan más años, si tienen que tener algún tipo de privilegio, procura que esté establecido en la normativa de la empresa. Es decir, que se refleje en forma de aumentos de salario, pagas, ascensos, etc. Los privilegios bajo cuerda son la primera causa de discordia entre trabajadores.
Otro punto muy importante y que las empresas olvidan a menudo es el de la formación, muy importante para mantener la igualdad dentro de la empresa. Cada vez que necesites algo nuevo no tienes por qué contratar a una persona nueva.
Está muy bien que contrates a alguien joven que sepa de X herramienta o disciplina, pero si tienes a un veterano entre tus empleados que sabe del tema, trata de formarlo para que él lo haga o ayude al nuevo empleado estando a un nivel similar. Si hay mucha desigualdad, puedes acabar abusando de uno y haciendo sentirse inútil al otro.
Por último, es imprescindible mantener a los empleados motivados. Contratar gente joven puede servir de gran ayuda para la motivación de los viejos empleados. No se trata de crear competiciones a ver quién hace las cosas mejor, si no de poner metas en las que tengan que trabajar de forma conjunta, conseguir que formen un equipo y trabajen codo con codo por sacar las cosas adelante lo mejor posible.