Llevas un tiempo dubitativo… ¿Debería buscar otro trabajo? Cambiar de empleo es una de las decisiones más importantes que podemos tomar. Por eso debemos reflexionar bien antes de dar el paso. Eso sí, hay signos de lo más evidentes que están gritando: “¡cambia de empleo!”
1. Has perdido la motivación
Sientes que no encuentras motivos para seguir en tu puesto, que la ilusión se ha diluido con los años y que te encuentras desgastado como profesional. Notas como poco a poco te has ido quedando atrás y eso te provoca una sensación de desazón.
2. Te cuesta levantarte para ir a trabajar
Cada vez que suena el despertador es una tortura. Y no por el hecho de madrugar, si no por tener que ir a trabajar a ese puesto.
3. Te sientes deprimido o con “miedo” cuando vas al trabajo
Sentir miedo a la hora de ir a trabajar se ha convertido en otra rutina más. No te sientes cómodo en tu puesto de trabajo, y llegas a sentirte incluso deprimido y alicaído. ¿Por qué aguantar esto? Comienza a mandar tu CV.
4. Han dejado de valorarte como profesional en tu empresa
Ya no cuentan contigo para proyectos importantes, nadie escucha o tiene en cuenta tus propuestas y te sientes apartado. Primero intenta hablar con tus superiores sobre la situación y, si ves que no se soluciona, comienza a buscar una empresa en la que te valoren como te mereces.
5. No te sientes realizado pese a desempeñar el trabajo que te gusta
Se supone que estás en una empresa donde se desarrolla el trabajo que te gusta hacer, aquello a lo que quieres dedicarte. Pero sea por el motivo que sea, no te sientes realizado. Quizá crees que puedes dar más de lo que te dejan, o simplemente, ese no es tu sitio (por la cultura de la empresa, por los compañeros o jefes…)