Para el titular de una empresa o de un negocio, es normal que los ingresos provenientes de esa actividad sean su activo financiero más importante.
Más allá de los esfuerzos que cada uno hace para “poner los huevos en distintas canastas”, lo cierto es que, si el empresario o comerciante se desprende de su negocio, debe enfrentarse con tres preguntas
fundamentales:
* ¿quién manejará la empresa?
* ¿de qué voy a vivir?
* ¿Qué voy a hacer con mi tiempo?
No se trata de cuestiones simples, ni que puedan ser libradas al azar.
De hecho, se trata de tomar previsiones respecto de tres activos importantísimos en el patrimonio de una persona: su empresa, las finanzas, el tiempo.
¿Quién manejará la empresa?
Hay que tomar en cuenta que, quien delega el manejo de su negocio porque llegó a la edad en la que quiere retirarse, tiene que estar seguro de que el negocio sera manejado con la seriedad y profesionalismo necesarios, para no tener que retomar el mando, años después, con todos los riesgos y molestias que eso implica, por haberse desactualizado respecto de las tendencias del mercado, y por las dificultades que entraña, a una mayor edad, tener que volver a ocupar el mando de una empresa.
La crisis del 2001 dejó como enseñanza que las empresas que se manejaban con “piloto automático”, entraron en crisis que, en muchos casos, fueron irreversibles.
Por lo tanto, cualquier estrategia de retiro basada en delegar el mando a otras personas (familiars o no) debe contemplar cuáles son las pautas adecuadas para el manejo de la empresa….y, en la medida de lo posible, debe contener un sistema de supervision y control permanente.
Otra alternativa es la venta de la empresa, proceso que no se realize de un día para el otro, sino que requiere una preparación de la empresa y de sus integrantes, que puede demander entre uno y cinco años. Porque preparer la empresa no significa solamente que sea rentable. Significa, también, que los procesos estén organizados de forma tal, que pueda seguir funcionando, y pueda crecer, una vez que se retire el propietario actual.
¿De qué voy a vivir?
Hay regions o países donde no está difundido el uso de las tarjetas de crédito, ni los cajeros automáticos.
Eso nos oblige a hacer una prevision respecto de cuánto dinero debemos llevar con nosotros, para poder enfrentar, no solo los gastos previstos, sino también las contingencias.
Pero, al mismo tiempo, como nuestros recursos no son infinitos, es necesario que hagamos el cálculo de la manera más racional possible, porque, si exageramos en las previsiones, llegaremos a la conclusión de que no nos resulta posible viajar, por falta de presupuesto.
Algo similar ocurre con el planteo de quien está decidiendo su retiro de la empresa. Porque, por un lado, puede tener una sobrevida muy larga, y esto significa contar con recursos rentísticos que no se agoten en el largo plazo (quizás 20 o 30 años). Pero, por otro lado, puede resultar necesario contar con una cantidad importante de recursos de un día para otro, para afrontar alguna emergencia médica.
La prevision debe realizarse tomando en cuenta que las condiciones actuales del mercado financiero pueden modificarse. Esto es, ni las tasas de interés ni los instrumentos de renta actuales pueden resultar atractivos en el mediano o largo plazo.
La consulta con un especialista en Planificación Financiera resulta indispensable, para poder definir cuánto dinero debe invertirse, con qué criterios de acuerdo al perfil de cada uno en relación a su aceptación de riesgos, y cuál va a ser el resultado que se pueda obtener. De ese cálculo puede surgir que el retiro es, efectivamente posible, o que la empresa o negocio sigue siendo la fuente de ingresos más importante, y que, por lo tanto, no resulta posible desprenderse de ella.
¿Qué voy a hacer con mi tiempo?
No hay retiro, ni, en general, cambio que resulte posible, si no nos planteamos el uso del tiempo.
Quien no encuentra una actividad que le resulte placentera, y no puede organizer su vida más allá de la rutina de la empresa, está condenado a vivir con angustia, y, quizás, a ser una carga para sus seres queridos.
Pensar en el retiro sin incluir una planificación del uso del tiempo es como tirarse a una pileta sin agua.
Es necesario entender que toda la energía invertida en las actividades lucrativas debe ser re-direccionada. Encontrar fuentes de placer en otros campos es una manera de revitalizarse, y de darle otro sentido a la propia vida.
Exiting
Es absolutamente personal la mirada que cada uno tiene respecto de la salida de su propia empresa o negocio, el manejo de sus finanzas y el uso de su tiempo.
Sin embargo, existen problemáticas en común, en las cuales el aporte de expertos puede evitar que sea necesario “reinventar la rueda” a cada momento.
La práctica profesional que junta conocimientos de diferentes disciplinas (abogacía, administración, psicología, etc) para generar respuestas adecuadas a quien enfrenta la posibilidad de retirarse de su empresa o de su negocio se llama exiting.
En un proceso de exiting es posible analizar todos los tópicos necesarios, para que la salida de la empresa sea la mejor en cada caso
concreto: a veces mediante un retiro total, en otros casos mediante la venta, y en otras situaciones mediante un retiro parcial, que permita a los sucesores hacerse cargo de manera gradual.