Muchas de las mujeres que no vitrifican sus óvulos hoy serán las que mañana deban recurrir a técnicas de fertilización asistida. En nuestro instituto, de las 7550 consultas recibidas el último año, un 36% tenía más de 40 años, muchas se hubieran beneficiado de criopreservar óvulos.
La maternidad siempre es una elección. La vitrificación de óvulos es una técnica que le permite a la mujer intentar preservar su fertilidad. La fertilidad de una mujer tiene su punto máximo a los 25 años, comienza lentamente a declinar hasta los 30, se acelera algo más hasta los 35, momento a partir del cual se acentúa en forma más marcada.
La vitrificación de óvulos es una técnica de congelamiento de óvulos con descenso brusco de la temperatura que permite lograr muy buenos resultados al descongelarlos. El procedimiento consiste en estimular los ovarios con hormonas para que se produzcan varios óvulos –la cantidad dependerá de la capacidad de respuesta del ovario-, luego se aspiran los folículos que contienen los óvulos y se congelan para su conservación.
Cada mujer cuando nace viene con determinada información que dice cuánto va a durar la vida útil de sus ovarios desde el punto de vista reproductivo. En este contexto la preservación de óvulos es una forma de planificación familiar.
Lo ideal es preservar óvulos antes de los 35 años. El declinar de la función ovárica no lleva solo a menor cantidad de óvulos logrados con la estimulación, sino también a menor calidad. Si tiene más edad es posible pero es importante consultar para evaluar la reserva ovárica. Dicha evaluación se logra por medio de la determinación de hormonas y de una ecografía ginecológica realizada por vía transvaginal en los primeros días del ciclo. Es importante tener en cuenta que hay mujeres que poseen una reserva ovárica subóptima, o que se las estimula y no responden en forma adecuada, y eso no significa, necesariamente, que no puedan embarazarse en forma natural.
En cada intento criopreservar la mayor cantidad de óvulos posibles es el objetivo porque no todos fertilizan, no todos los que fertilizan evolucionan, etc. Por eso es bueno tener reservados para varios intentos. Para aumentar esa cantidad de óvulos es posible realizar estimulación en más de una oportunidad. Siempre que con la primera estimulación se hayan obtenido óvulos de aceptable aspecto (morfología) porque si así no fuera, y fuesen de pobre aspecto, no se justificaría sumar óvulos que tuviesen poca o nula chance a futuro.
Los óvulos pueden permanecer criopreservados muchos años. El record mundial pertenece a nuestro instituto, con una beba nacida de un óvulo congelado durante 14 años.
La preservación es sólo una manera de planificar la familia. Llegado el momento en que se desee el embarazo, si éste se logra naturalmente, los óvulos criopreservados quedarán para intentarlo el día en que se desee un embarazo y este no se logre en forma natural. En caso de conformar la familia deseada los óvulos que quedasen criopreservados pueden ser descartados (son células, equivalentes a los espermatozoides en el hombre) o donados. Criopreservar se presenta entonces como una oportunidad, si bien no provee una garantía, sigue siendo la mejor respuesta que la ciencia tiene frente a la postergación. Permite potencialmente poner a resguardo la fertilidad. Y elegir el lugar donde realizarlo no es un tema menor. Así como hay centros con mejores resultados en los tratamientos, conviene llevarlo adelante en uno que tenga antecedentes de embarazos logrados con óvulos que fueron previamente criopreservados.