Por si no fuera suficiente la mala fama que ganó Samsung, cuando conocíamos que los primeros Galaxy Fold se estaban rompiendo con apenas un día de uso, ahora la compañía surcoreana vuelve a ser noticia esta semana, pues se ha dado a conocer la explosión de un Samsung Galaxy S10 5G, siendo lo más importante de todo que este terminó le explotó a un usuario de Corea del Sur el mes pasado y que Samsung se había negado a devolverle el dinero, o reemplazarle el smartphone al usuario.
Samsung afirma que la explosión de este Samsung Galaxy S10 5G no se debió a un defecto de diseño, sino a un «impacto externo«, mientras que el usuario afectado, llamado Lee, indicó que el dispositivo lo tenía sobre la mesa «cuando comenzó a oler a quemado y el humo pronto envolvió el teléfono. Tuve que dejarlo caer al suelo cuando lo toqué porque estaba muy caliente«.
Como indudablemente puede insinuar, las declaraciones de Lee implican que estamos ante un defecto de fábrica del smartphone, y no de un posible mal uso del dispositivo. Samsung, por otro lado, tiene una opinión diferente. Según una declaración dada por la compañía a CNET, culpa la explosión a un «impacto externo». Un portavoz de la compañía afirma que «después de recuperar el dispositivo del cliente, Samsung lo inspeccionó de cerca y concluyó que el daño fue causado por un impacto externo«.
Ahora tenemos dos historias completamente distintas, la de Lee y la de Samsung, y la compañía surcoreana no es que tenga mucha más credibilidad tras las explosiones de los Galaxy Note7 y el reciente problema de los Galaxy Fold. Tampoco da confianza alguna las propias declaraciones de la compañía, la cual nos estaría diciendo que su terminal es tan endeble que de un golpe físico podría terminar dañándose la batería hasta el punto de incendiarse el terminal.
Fuente: El Chapuzas Informático