Mario Quintana cumplió el sueño de militancia política que había interrumpido cuando era muy joven y estaba por ser papá: dejó el sillón de ejecutivo al que le cantaba María Elena Walsh y tomó las riendas de la coordinación de temas económicos dentro de la Jefatura de Gabinete. Pero no deja de pensar en la Farmacity que fundó con el licenciatario de Mac Donald’s en el país y mucho menos cuando desde la cadena de sus amores anuncian una inversión de US$ 6 millones para modernizar la logística de la droguería que posee la empresa en Chacarita. Fue equipada con cintas transportadoras y software que automatiza todo el proceso, desde el pedido de las farmacias hasta el despacho a los destinatarios, al que hasta conecta con la ANMAT. Intervienen menos cantidad de manos y más aliviadas, lo cual es seguido con recelo por los sindicatos farmacéuticos que ven a la cadena como la Atila de las boticas.
El formato es similar al de las grandes cadenas estadounidenses, los productos farmacéuticos representan tan solo el 30% de su stock de mercadería, compuesta además por perfumería, suplementos dietarios, golosinas, comestibles, productos de limpieza….
Aunque su mentor, Mario Quintana, se encuentre cumpliendo funciones de secretario de Coordinación Interministerial en la Jefatura de Gabinete de Ministros, Farmacity (la principal cadena farmacéutica del país) no para de crecer: acaba de destinar US$ 6 millones a la incorporación en su droguería del barrio de Chacarita de tecnología de última generación -de industria austríaca, única en Latinoamérica- que optimizará la logística cotidiana, al automatizar mediante un software y cintas transportadoras las tareas manuales que antes hacía el personal para armar los pedidos y conectarse en tiempo real con la Administración Nacional de Medicamentos, Alimentos y Tecnología Médica (ANMAT) para cumplir con la normativa de trazabilidad de los medicamentos en cada transacción que se efectúa a las farmacias.
Son algunas de las características de la nueva tecnología, instalada en Buenos Aires con localización estratégica para Austria:
•Capacidad para 106.000 líneas/día,
•Portfolio con 5.600 SKU,
•1.000 metros de cintas transportadoras,
•5.370 canales automáticos de preparación,
•130 metros de SDA,
•K visión de trazabilidad: único en el mundo,
•24 sorters de despacho,
•6 bocas de carga,
•12 puestos de cubetizados: almacén limpio y reciclaje de nylon y cartón, y
•Walking cooler: 10 veces más capacidad de almacenamiento.
El director general a cargo desde que Quintana asumiera como funcionario del gobierno de Mauricio Macri, Sebastián Miranda, afirmó que “esta importante inversión nos permite afrontar el crecimiento proyectado para los próximos años y, al mismo tiempo, mejorar el nivel de servicio a nuestras farmacias y así responder mejor a la demanda de nuestros clientes. Hoy, con los resultados a la vista, podemos decir que este importante proyecto nos dejó un enorme aprendizaje a nivel organizacional, con un trabajo en equipo que es lo que verdaderamente ha hecho la diferencia para estar hoy, acá, inaugurando estas instalaciones”.
Farmacity se ubica, de este modo, a la vanguardia de las droguerías del país. Entre sus 3 formatos: Farmacity, Simplicity y LOOK farmacity, la cadena, que también administra el fondo Pegasus, emplea a 6.200 personas en sus más de 250 puntos de venta, ubicados principalmente la Ciudad de Buenos Aires, Mendoza y el litoral.
Negocios de escala
Que la implementación del paquete tecnológico lograse simplificar y calificar las tareas de los colaboradores, entre otras cosas, debido a que las cintas transportadoras reducen la carga de los operarios, más que una virtud se ve como una señal de alarma por los colegios farmacéuticos ante el riesgo que conlleva de que sea seguida por reducciones de personal. En ese sentido, a Farmacity le hicieron la fama de que se cierren 9 farmacias por cada local que abre en la Ciudad de Buenos Aires.
En el formato, similar a las grandes cadenas norteamericanas, los productos farmacéuticos representan tan solo el 30% de su stock de mercadería, que está compuesta además por perfumería, suplementos dietarios, golosinas, comestibles, productos de limpieza del hogar y hasta ropa interior, lo que compone el grueso de sus ganancias.
Siempre atento a los negocios, cuando se desempeñaba como director de Farmacity y CEO del Fondo Pegasus, antes de pasar a la órbita estatal, Quintana fue uno de los participó en las reuniones y decidió los precios de referencia.
Sus comienzos en Farmacity se remontan a los primeros años del milenio, cuando junto a Woods Staton (MdDonald´s) se convirtieron en accionistas tanto de la cadena como del fondo de inversión, el que se adueñó de Musimundo (música y electrónicos), Freddo (heladerías) y Aroma (cafetería). Habían sido fundadores en 1996 de este sistema que logró transformar el canal de farmacias tradicionales, a partir de la innovación y la inclusión de nuevos servicios y variados productos. Integraban también la sociedad, además de un fondo belga, Alejandro Quantín y Guillermo Bustos, quienes terminaron desprendiéndose de su participación.
En el fondo Pegasus Capital (incluye compañías en los sectores de comercio minorista, industrial, tecnológico, financiero y real estate) que habían constituido compartían como accionistas la familia Gorodisch (ex dueños del ex Banco de Crédito Argentino, hoy parte del BBVA Banco Francés) y Carlos Preitti, ex Fargo. Llegaron a administrar en el portafolios Musimundo, Freddo, Aroma Café, MasNegocio, Core Security Technologies, Marketec Targeted Solutions y Grupo Alvher y Rukán.
La expansión de Farmacity puso proa hacia la provincia de Buenos Aires, pero se le interpuso una tenaz resistencia que prosperó en primera y segunda instancia judicial.
Las restricciones derivaron en el desarrollo de otra cadena, Simplicity, que potenció los atributos valorados en la experiencia de compra de aquella en categorías de belleza, cuidado personal y conveniencia con un surtido ampliado y una propuesta aggiornada en ambientación, servicio y ofertas, que no incluye medicamentos.
De modo que el grupo Farmacity logró en diciembre de 2013 habilitar su primera tienda Simplicity en Morón y así fue sumando 12 locales en conurbano bonaerense.
Este año cruzó la avenida General Paz e inauguró los dos primeros locales en la ciudad de Buenos Aires, en las esquinas de Acoyte y Rivadavia y de Corrientes y Scalabrini Ortiz.
La estrategia comercial pone el foco en la belleza, accesorios de moda, el bienestar y cuidado personal. Pero también incorpora presencia de 8.000 opciones diferentes de categorías de productos para el hogar y entretenimiento, así como también propuestas in & out en ocasión de fechas especiales como la Navidad, el Día del Niño o el Día de la Madre.
Ofrece realizar una compra simple, en un lugar agradable y moderno, como desde hace casi 20 años viene haciendo con Farmacity.
Hecha la ley, hecho el desembarco
Por si Simplicity haya sido la excusa para desembarcar en la provincia de Buenos Aires, sin violar la ley bonaerense Nº10.606, echaron a rodar simultáneamente la marca Look, donde a través de locales propios se concentra exclusivamente en productos cosméticos.
Isabel Reinoso, presidenta del Colegio de Farmacéuticos de la provincia de Buenos Aires, no se cansa de denunciar que los últimos locales, luminosos y de grandes dimensiones, precisamente estuvieron orientados a la cadena “colectora” que vende productos de tocador, higiene femenina, perfumes y otras ofertas destinadas a la mujer. Y que la cadena Farmacity tiene como abogado defensor al designado juez de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, Carlos Fernando Rosenkrantz, en el planteo ante la provincia de Buenos Aires de que no está de acuerdo con el artículo 3, que tiene que ver con la distribución racional de farmacias de acuerdo con índices geográficos y demográficos de densidad poblacional.
El costo de la movilidad es tenido en cuenta por la OMS (Organización Mundial de la Salud) a la hora de disminuir esa barrera para acceder al medicamento. Las farmacias se distribuyen cada 300 metros y cada 3.000 habitantes.
Reinoso advierte: “Si te fijás, están ubicadas en las arterias y avenidas principales, pero en los barrios no. En los pueblos de la provincia y en los barrios del Conurbano habría menos farmacias. Las personas se tendrían que trasladar muchísimas cuadras para conseguir el medicamento, con el costo en transporte que eso implica para sus bolsillos. Eso atenta con el acceso al medicamento para las personas con menores recursos”.
El organigrama que quedó en la cadena de farmacias Farmacity, que administra el fondo Pegasus, desde la salida de Quintana tiene de presidente a Alejandro Gorodisch, quien ya participaba en el comité ejecutivo y como vicepresidente del directorio. Además, tenía a cargo el liderazgo de los esfuerzos de Responsabilidad Social. En su nuevo rol, asumió la representación institucional en todos los ámbitos externos y acompaña al CEO, Sebastián Miranda, y al equipo directivo en el día a día. Pasó a su lugar anterior Jerónimo Bosch, quien ya era miembro del directorio y titular del Grupo Pegasus.