Ford está desarrollando un nuevo material bioplástico hecho con fibras de agave, planta utilizada en la fabricación del tequila, para formar parte de su producción automotriz. La investigación y el desarrollo de este material se llevó a cabo en colaboración con la marca José Cuervo, fabricante de la tradicional bebida mexicana hace 220 años.
Debido a su durabilidad y cualidades estéticas, el nuevo bioplástico tiene un gran potencial de aplicación en el revestimiento de cables y porta-objetos. Además de contribuir a reducir el peso del vehículo y ahorrar combustible, tiene la ventaja de sustituir el petróleo en la cadena de producción, disminuyendo así el impacto ambiental.
“En Ford, buscamos reducir nuestro impacto sobre el medio ambiente. Como líderes en este campo, hemos desarrollado nuevas tecnologías para un uso más eficiente de fibras y materiales de desecho” comentó Debbie Mielewski, líder técnica de investigación de sustentabilidad de Ford.
El crecimiento del agave demanda por lo menos siete años. Después que la planta es cosechada, su núcleo es tostado y molido para extraer jugos y ser destilado. Parte de las fibras sobrantes se utilizan por José Cuervo para el compostaje en sus granjas, creación de artesanías y papel, ambos producidos por artesanos locales.
Actualmente, como parte de la expansión de su plan de sustentabilidad y en alianza con José Cuervo, Ford se encuentra desarrollando nuevos usos de las fibras desechadas.
“José Cuervo se enorgullece en trabajar con Ford para expandir su plan de sustentabilidad del agave”, dice Sonia Espinola, directora de la Fundación Cuervo y maestra tequilera “Como mayor productor mundial de tequila, nunca imaginamos que cientos de plantas de agave que crecieron como una pequeña empresa familiar se multiplicarían en millones con el tiempo. Esta colaboración reúne a dos grandes empresas para desarrollar materiales innovadores y sustentables.”
Compuestos verdes
Al igual que Ford, José Cuervo es una empresa familiar. Fundada en 1795, produce tequila con la misma receta y la experiencia, pasada de generación en generación. Esta asociación es el último ejemplo del enfoque innovador de Ford para preservar el medioambiente con el uso de biomateriales. Ford comenzó esta investigación en el año 2000 y, en la actualidad, utiliza ocho materiales sustentables en sus vehículos: espuma de soja, aceite de ricino, paja de trigo, fibra de kenaf, celulosa, madera, fibra de coco y cáscaras de arroz.
De acuerdo con el Programa de las Naciones Unidas para el Medioambiente, se producen anualmente 5 mil millones de toneladas de biomasa de desechos agrícolas. Este subproducto de la agricultura, abundante, barato y a menudo infrautilizado, podría reemplazar el uso de fibras de vidrio y talco en la fabricación de productos más ligeros y más sostenibles.
“Hay alrededor de 80 kg de plástico en un coche normal,” dice Mielewski. “Nuestro trabajo es encontrar el lugar adecuado para un compuesto verde como este para reducir nuestro impacto en el planeta. Se trata de una obra de la que realmente estamos orgullosos y que puede tener un impacto importante en muchas industrias.”