La facturación anual de productos licenciados en la Argentina ronda los 30 millones de dólares, con un crecimiento firme en los últimos cuatro años, indicó a Télam Leonardo Gutter, presidente de International Merchandising Consultants (IMC).
“En esos 30 millones están incluidos productos de las compañías de Disney, de River y Boca, Los Simpsons, en fin, de todos los personajes que hay en el mercado hoy”, indicó el especialista.
Gutter, un profesional con casi tres décadas de actuación en este sector, manejó las licencias en el país de He Man, Los Simpson, Power Rangers, Las Tortugas Ninja, Alf, La Guerra de las Galaxias y Harry Potter, entre otras.
“Las licencias tuvieron un crecimiento ininterrumpido hasta 2001, cuando se desató la crisis, y se volvió muy complicado tomar productos de compañías de afuera con mínimos garantizados en dólares”, dijo el especialista.
Sin embargo, “el sector se recuperó, ya estamos en los niveles anteriores a la crisis y creemos que la tendencia continuará, sobre todo por la reactivación del consumo”, indicó.
El mercado argentino, agregó, “continúa sin retorno, porque además se trata de una forma de comercializar donde se le pueden agregar valor a los productos marcando una diferencia”.
Gutter explicó que “la licencia permite tomar el derecho de una propiedad muy conocida pagando 10% de regalía por los precios de venta y esos productos adquieren un valor en el mercado muy importante”. Ese “valor diferencial evita inversiones publicitarias enormes uniendo los productos a personajes muy conocidos”, dijo el experto.
El presidente de IMC formuló sus declaraciones en el marco de la presentación del creador de la serie Lazy Town, Magnus Scheving, un empresario con más de 15 años en el rubro a nivel internacional.
Scheving, que hoy genera programas televisivos con un costo aproximado de 800 mil dólares por producción, negó la teoría de que la producción de programas infantiles debe ser “barata”. Gutter, además, explicó que las compañías interesadas en tomar licencias deben hacer una proyección de ventas en el año.
A la vez, añadió, se hace un estudio de la compañía en cuanto a la relación financiera y contable, y a la calidad de los productos, a fin de “no dañar la imagen del personaje”. A raíz de esa evaluación, se calcula como regalía 10% de esa proyección conservadora de facturación, y se establece un mínimo garantizado que la compañía licenciataria debe pagar”.
Con respecto a la reactivación del consumo en el mercado local, Gutter dijo que “es fundamental”, no sólo porque aumentan las ventas, sino también porque “al incrementarse la competencia hay más necesidad de productos licenciados para poder diferenciarse y vender”.