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Gestión del estrés e inteligencia corporativa

La Gestión del Estrés es de una importancia crítica para potenciar los niveles de Inteligencia Corporativa y la capacidad de Desarrollo Organizacional.

En una situación de alto estrés laboral, el cerebro de los profesionales de nuestras empresas – en realidad el cerebro de cualquier persona – no funciona bien.

En concreto, lo que tiene lugar es una inhibición cortical, también denominada secuestro emocional, el cual nos dejará operando en el nivel del cerebro mamífero, en el nivel de gestión de emociones como el miedo y las respuestas más básicas relacionadas con conductas de defensa y ataque y de lucha por la supervivencia.

En concreto, el cerebro experimentará un “secuestro emocional”, en el que la actividad del córtex pre-frontal quedará ”congelada” y el cerebro límbico pasará a un primer plano de importancia, causando un comportamiento fuertemente emocional, basado en conductas de evasión o ataque.

Esto conlleva una serie de cambios muy específicos en nuestro cuerpo: la adrenalina sube, se incrementan los niveles de cortisol, el corazón bombea más rápido, los músculos se tensan, la digestión se detiene, las pupilas se dilatan, el nivel de coagulación en sangre aumenta: nuestro organismo se prepara para la huida o el combate.

Este tipo de respuesta es de gran utilidad ante una amenaza real de vida o muerte en los próximos 10 segundos.

Para todos los demás problemas, el estrés no es precisamente el mejor aliado. Al contrario, me hace menos inteligente y más incapaz.

Problemas económicos, profesionales, de relaciones y por supuesto, asuntos de salud física, emocional y psicológica, necesitan que nuestro cerebro superior siga operando eficientemente.

La estereotipada respuesta de ”fuga o lucha”, que genera un alto nivel de estrés laboral, no es muy eficaz ante estas dificultades; es más, complicará aún más las cosas y nos causará más problemas.

Conclusión: Gestión del Estrés e Inteligencia Corporativa

Los profesionales que no saben auto-regular adecuadamente sus niveles de estrés laboral se comportan generalmente menos inteligentemente que aquellas personas que consiguen una gestión eficiente de su estrés para hacer frente a situaciones problemáticas no definidas en código “vida-muerte” (afortunadamente, la inmensa mayoría de los problemas a los que la inmensa mayoría de trabajadores nos tenemos que enfrentar en nuestros trabajos en la inmensa mayoría de las ocasiones).

Consecuentemente, las organizaciones que producen elevados niveles de estrés laboral en sus miembros, responden a sus retos y dificultades de forma menos inteligente que las organizaciones que saben cómo ayudar a sus miembros a reducir adecuadamente sus niveles de estrés.

Trabajar continuamente bajo presión, generando un estrés laboral constante, puede no ser al final más productivo en el medio y largo plazo, que trabajar buscando el equilibrio, sobre todo si los equipos humanos que padecen ese estrés, carecen de las habilidades adecuadas para controlarlo adecuadamente.

Trabajar prestando atención al equilibrio quiere decir trabajar con intensidad y dedicación, pero también con di-versión (es decir el trabajo capaz de generar pensamiento divergente, vital para la innovación, la creatividad y la mejora continua, pilares fundamentales de todo progreso y avance en las organizaciones).

PD: Si aún dudas, presta atención a como están gestionando el estrés empresas como Google.