El “NO” ganó en Grecia de manera contundente con el 61% de los votos. ¿Qué significa esto? El próximo vencimiento es el 10 de julio por 2000 millones de euro! s en letras de corto plazo y todo indica que tampoco se pagará.
El resultado del referéndum le da a Tsipras, el Primer Ministro griego, una fuerza renovada para volver a la mesa de negociación. ¿Qué intentará buscar? Que le perdonen una parte de la deuda (una quita). ¿Por qué es esto tan difícil? Porque nadie quiere tener que asumir una pérdida tan grande y porque sienta un pésimo precedente para otros países con un alto nivel de endeudamiento y desempleo como Irlanda, Portugal y España. Si Grecia consigue una quita por esta vía, ¿por qué no intentarán otros países comprometidos obtener lo mismo?
Veamos entonces: ¿cuánto debe Grecia y a quién?
El ta m año de la deuda Griega equivale al 180% de su PBI. Fue el mismo FMI quien aceptó el jueves de la semana pasada, en un informe interno, que la deuda de Grecia es insostenible. ¿Qué quiere decir insostenible? Que no tiene posibilidad de generar suficiente nivel de ahorro para repagarla. En ese informe se reconocía que “aunque Grecia hiciera todas las reformas que se le están exigiendo, necesitaría en cualquier caso una quita importante”. ¿Cuál es la quita que estima el mismo FMI que necesita Grecia para que su deuda vuelva a ser sostenible?
Aún si se asume un superávit de largo plazo del 2,5%, se pasan los vencimientos de 20 años a 40 años y se aumenta el período de gracia de 10 años a 20 años, la deuda sigue siendo insostenible. Sería además necesaria una quita de 50 mil millones de euros, es decir un 20% de la deuda que hoy tiene. Así de trágica es la situación de Grecia.
Ahora bien, ¿este no sería el tercer rescate para Grecia desde 2010? Efectivame! nte. La mayor parte de los rescates previos está concentrada en la deuda que tiene con el “Fondo Europeo de Estabilidad Financiera” (EFSF en inglés). ¿Por qué le ofrecieron a Grecia estos rescates que no solucionaron los problemas de fondo?
El motivo es sencillo: le estaban prestando euros a Grecia para que les pagara sus deudas a los bancos privados alemanes y franceses. Adivinen lo que pasará con las acciones de esos bancos en la apertura del día lunes… Sufrirán una muy abrupta caída porque ahora todo parece más claro: esos bancos deberán registrar pérdidas contables cuantiosas en sus libros. Esa es la verdadera caja de Pandora que los políticos intentaron por todos los medios no abrir. Todo indica que ahora es muy tarde y que se ha abierto. Los efectos son a este momento impredecibles, como lo fue la caída de Lehman Brothers. Alemania, Francia e Italia están especialmente expuestos a un default griego:
El mal menor sería que Grecia pueda hacer una reestructuración razonable y que los acreedores tengan que sufrir una pérdida. ¿Un escenario peor?
Volver a la drachma, la moneda griega antes de ingresar a la eurozona. Esta es una posibilidad que se ha vuelto más probable que nunca. Europa tendrá que hacer grandes concesiones a Grecia, a riesgo de que España, Italia, Irlanda y Portugal se pongan en la fila para pedir también una quita. Sin duda este es el “path of least resistance” (el camino menos doloroso). Todavía hay posibilidades de mantener el euro en Grecia, pero Europa tendrá que asumir un gran costo.