Muchas Pymes no cuentan con una infraestructura de hardware ni de recursos
humanos como para poder llevar adelante la implementación de un ERP. Por ese
motivo, hay muchas empresas en las que el sistema se implementa solo en
alguna funcionalidad, de manera que en otras áreas se sigue utilizando el
Excel, planillas auxiliares u otros métodos mas atomizados.
Sin embargo, la gran ventaja de los sistemas ERP es justamente la
integración de todas estas áreas en la misma plataforma. Atendiendo a esta
situación, las empresas proveedoras diseñaron sistemas para que a la hora de
la implementación no requieran de una gran participación por el lado de los
recursos de las Pymes.
Hoy en dia hay sistemas ERP tanto para corporaciones como para empresas
pequeñas. En una implementación corporativa, se debe comenzar con un
relevamiento y una detección de oportunidades de mejoras. Asi mismo se
organiza una documentación con blueprint de procesos, que va siendo
certificado por los diferentes key-users de las áreas de la empresa. A
partir de eso se puede customizar y parametrizar el ERP de acuerdo a esas
necesidades. A veces, esto puede venir de la mano de un servicio de
reingeniería de procesos, la entrega de manuales de procesos, o sobre los
que la empresa ya tiene.
Finalmente, luego de esas etapas se capacita a los usuarios.
Pero para las necesidades de una Pyme existen sistemas pre-parametrizados,
que eliminan la barrera de acceso de antaño en cuanto al costo de
implementación.
Estos sistemas permiten que la implementacion pueda comenzar directamente
con una importación de los datos y una capacitación de los usuarios. De esta
manera, en muy poco tiempo la empresa puede estar utilizando un sistema
totalmente integral, que está llevando información de las distintas áreas en
una misma base de datos. Esto le permite eliminar planillas auxiliares como
estaba haciendo antes, de una forma muy rápida y a bajo costo.
Luego, la posibilidad de tener un servicio en la nube da lugar a que la pyme
ya no tenga que hacer una inversión en hardware ni afrontar el costo de
mantenimiento de su mismo. En la actualidad, los sistemas disponibles
permiten acceder desde cualquier plataforma con Internet, sin necesidad de
instalar nada en una PC o dispositivo móvil.
Y finalmente, cuando las empresas proveedoras comenzaron a ver que el costo
de la licencia era una gran barrera de acceso para las pymes, comenzaron a
brindar soluciones SaaS (Software as a Service), es decir software como
servicio y no como un bien. Esta propuesta permite alquilarlo y suscribirse
al uso del sistema, en vez de tener que adquirirlo, como era la única forma
de comercialización del software años atrás.
Todas estas actualizaciones hicieron que los proveedores de software
pudieran adaptar su propuesta a las nuevas necesidades de las pymes.
Pero por el otro lado, las propias empresas también un cambio al darse
cuenta que la implementación de un ERP les podía significar una serie de
beneficios.
Tener todo en una misma base de datos y no atomizado en diferentes sistemas
o líneas auxiliares, ofrece incontables ventajas. Por ejemplo, reducir el
riesgo de carga humana en el ingreso de datos, o eliminar la redundancia en
la carga de información. Esto conlleva a una mayor eficiencia en cuanto a
los ciclos administrativos y a diferentes procesos, y permite contar con
información en tiempo y forma para la toma de decisiones. Por llevarlo a
ejemplos concretos: en el momento en que se ingresa la orden de un cliente,
el sistema permitirá saber a qué local será enviada, cuál es el costo,
cuándo llegará, el historial de pago del cliente, si existe alguna
promoción…
Este tipo de información ayuda a la empresa a tomar decisiones mucho más
rentables. Pero sin un ERP como sistema integral, toda esa información está
diseminada y el Management no la puede utilizar.
En un mercado cada vez más competitivo, este tipo de herramientas se torna
cada vez mas indispensable para la gestión, también para las pymes.