No corren buenos tiempos para WPP. El propio Martin Sorrell reconocía que el 2017 no había sido un buen año para la compañía al mismo tiempo que anunciaba el plano crecimiento que había experimentado el holding y rebajaba las previsiones de un 10-15% a un 5-10%.
Y aunque el CEO se empeñe en justificar sus malos resultados señalando la profunda reestructuración a la que está siendo sometida la compañía, lo cierto es que, a la vista de los sucesos, el poder de los gigantes de medios está claramente mermando.
Si hasta hace muy poco la hegemonía era absoluta y, por lo tanto, la tranquilidad de los holdings también al saber que contaban con el favor y el dinero de los grandes anunciantes, la situación ha cambiado de manera radical.
Consultoras y agencias independientes se encuentran ahora en igualdad de condiciones para competir en un mercado en el que las marcas demandan agilidad, flexibilidad y eficiencia y en el que no están dispuestas a seguir tirando a la basura sus presupuestos.
La última en dar una lección a WPP ha sido Kimberly-Clark que acaba de anunciar que saca a concurso su cuenta creativa global. Por su parte, la gestión de medios seguirá en manos de Mindshare.
Según informa Adweek, fuentes cercanas a la compañía aseguran que Ogilvy está haciendo todo lo posible para retener la mayor parte del negocio que pueda. Además, mientras la agencia de WPP sigue en el concurso, JWT, que se encarga de marcas como Kleenex, ya ha sido eliminada del proceso.
Mientras Kimberly-Clark ha confirmado que se encuentran en pleno proceso de revisión, las agencias no han querido pronunciarse al respecto.
Fuente: Marketing Directo