El recién estrenado Galaxy Note 7 ha sido muy demandado, quizás más de lo que esperaba Samsung. Y por ello, la compañía indicó a Reuters que el lanzamiento en algunas regiones “tendrá que ser reajustado”.
En la práctica eso podría significar que demore en llegar a ciertos mercados mientras Samsung le da impulso a la producción y suple la demanda en los lugares que el teléfono es más requerido por el público. Porque si bien es bonito para ellos que sea un producto deseado, el no tener unidades suficientes para vender podría significar perder unas cuantas ventas.
O peor aún, que la gente se decante por teléfonos de la competencia.
De todas formas, los analistas consultados por Reuters creen que cualquier tipo de problema en la producción del Note 7 no debería durar demasiado y que en poco tiempo más las cosas podrían normalizarse y que así Samsung venda el teléfono a todos (y se llene de dinero en el proceso).
Habrá que esperar que ese retraso no afecte su llegada a algunos países de Latinoamérica, donde seguramente hay hartos interesados en el nuevo teléfono. ¿O no?