Un estudio de la Universidad Monash de Australia señala que la hipertensión podría ser una enfermedad autoinmune lo que abriría la posibilidad de investigar nuevos tratamientos para combatirla.
Un grupo de investigadores, liderados por Grant Drummond de la Universidad de Monash de Australia encontraron con un estudio que aún está en fase experimental que la estimulación del sistema inmunológico en ratones podía causarles hipertensión, mientras que la disminución de sus respuestas inmunológicas restauraba los niveles normales de presión arterial.
“Se estima que debido a que la hipertensión es tan común y porque es la causa principal de ataques cardíacos, accidentes cerebrovasculares y la principal causa de insuficiencia renal, se estima que la hipertensión es en realidad el más importante factor de riesgo biomédico sola como causa de muerte y discapacidad en todo el mundo” dijo Drummond.
Drummond explicó “Descubrimos que el estímulo que causa la hipertensión provoca un incremento en la activación de las células B y una producción excesiva de anticuerpos. También, que estos anticuerpos parecen atascarse en las paredes arteriales y les provocan una respuesta antiinflamatoria, lo que en última instancia hace que las arterias tengan cicatrices y se endurezcan”.
Durante el trabajo los científicos notaron que los ratones que crecieron sin células B maduras estaban protegidos contra el desarrollo de la hipertensión, mientras que por otro lado notaron que el bloqueo de la actividad de estar células en los ratones normales les ayudaba a recobrar los niveles de presión arterial.
Para los impulsores su investigación puede ayudar a desarrollar nuevos tratamientos para el porcentaje de personas con hipertensión que son resistentes a las terapias convencionales que es de un 15 al 20%.