No recuerdo el mundo antes de “Terminator” (1984). Pero antes de la película, estaba el libro de Isaac Asimov, “Yo, Robot” (1940); y antes de Asimov, estaba Mary Shelley con su novela “Frankenstein” (1818). Y todos bebían a su vez de los mitos de Fausto y Prometeo. Los humanos hemos convivido siempre con el miedo de ser destruidos por sus propias creaciones. Este comportamiento natural del ser humano no ha cambiado… hasta hoy.
La conversación sobre inteligencia artificial nos lleva muchas veces a los robots, y a plantear cuándo nos quitarán los puestos de trabajo. La percepción común sobre la inteligencia artificial tiende a ser el miedo a lo desconocido, pero la IA es en realidad una fiel compañera en nuestra vida diaria, tanto que ya apenas hablamos de ella. Algunas de sus aplicaciones son:
– Utilizamos streaming de audio de camino al trabajo, y streaming de video por la noche. Si la playlist o la serie se terminan, buscamos entre las recomendaciones que nos ofrece la plataforma y que se adaptan a nuestras preferencias.
– Nuestro compañero de trabajo en la sede de Alemania nos manda un informe… en alemán. Tardamos segundos en traducirlo de forma automática.
– Nos encanta comprar online, pero queremos cuidar el medio ambiente: si en mi misma zona se van a repartir varios paquetes, queremos que lleguen a la vez para evitar viajes extra.
– En internet, hay millones de productos disponibles en miles de tiendas diferentes. Queremos filtros: solo queremos recibir información sobre aquellos que nos interesan.
La mayoría de las aplicaciones de la IA son de bajo riesgo, desarrolladas de forma justa y ética, y contribuyen al crecimiento económico en Europa. No tienen que ver con robots ni con un futuro amenazador: están integradas en nuestra vida diaria y están ocurriendo hoy.
La IA no es solo el futuro, sino el presente de las empresas de éxito
La realidad es que la inteligencia artificial ha reinventado la forma en que las empresas operan y compiten hoy en día, al tiempo que generan resultados tangibles y positivos para sus clientes. Cada vez son más las compañías que se apoyan en tecnologías conducidas por la IA para mejorar sus procesos de toma de decisiones con analíticas basadas en datos y desarrollar productos y servicios ajustados a sus consumidores.
No todas las aplicaciones de la IA tienen que ver con el consumidor, pero las que lo hacen tienen un gran impacto en muchas industrias. IA también puede significar Inteligencia Aumentada, en referencia a la tecnología que asiste a los procesos de toma de decisiones analizando grandes cantidades de datos. Un ejemplo para mencionar son los diagnósticos médicos a gran escala para la detección temprana de enfermedades como las retinopatías causadas por la diabetes. Y tiene que ver también con Automatización Inteligente, que se refiere básicamente a la automatización de procesos estándar en una compañía para destinar el tiempo de los empleados a tareas más significativas.
La buena noticia es que, como europeos, no dependemos de nadie más en lo que a inteligencia artificial se refiere. Es más, tenemos el potencial de convertirnos en líderes mundiales en IA. Europa se beneficia de un ecosistema de gran talento académico y startups prometedoras con propuestas basadas en inteligencia artificial. Un ecosistema fructífero, respaldado por una industria ética y por los sólidos fundamentos de la arquitectura reguladora de la UE. Podemos decir que la IA es el nuevo motor del crecimiento europeo. No obstante, tenemos que dar los pasos correctos para asegurarnos de que Europa no se quede atrás.
Los estándares para convertir la IA en el motor de crecimiento de Europa
La Unión Europea ha comenzado a evaluar un posible marco regulatorio. En general, estoy a favor de ordenar los estándares de inteligencia artificial a través de un conjunto único de reglas para evitar el posible mosaico de la legislación nacional. Sin embargo, cualquier nueva regla debe evaluarse cuidadosamente para evitar la duplicación o contradicción con la legislación existente y para evitar cualquier efecto negativo en las empresas que están creando empleos y crecimiento. Las compañías basadas en inteligencia artificial no solo crean empleo en la misma, sino que contribuyen al crecimiento de las empresas de sus clientes, condición indispensable para que estas también generen nuevos empleos.
Por eso, varias empresas basadas en IA hemos trabajado juntas, a través de la European Tech Alliance, para establecer los principios que deberán guiar el enfoque de la UE hacia la inteligencia artificial durante los próximos años. Nuestra ambición es aprovechar al máximo el potencial del continente en la carrera tecnológica mundial para formar parte de la nueva Revolución Industrial. Tenemos todo lo que necesitamos para convertirnos en líderes mundiales en inteligencia artificial; ahora, la misión de la Unión Europea será tomar decisiones acertadas para permitir la innovación estableciendo estándares y con unos niveles de regulación adecuados.
Asesoró: Romain Lerallut, director del AI Lab de Criteo
Fuente: Marketing Directo