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La necesidad imperiosa de contar con un estrategia y un plan de marketing

Nada debe quedar al aire cuando se habla de estrategia de negocio y nada debe dejarse al azar


Cuando se abre una empresa, todo el mundo tiene claro que lo que se espera es “al menos vivir de esto”. Antes de abrir las puertas del negocio, se piensa en lo que se va a hacer y se establecen unos ciertos objetivos de lo que se espera lograr. Nadie cree que las cosas vayan a venir solas y nadie abriría un negocio, fuese cual fuese, sin antes pensar cómo piensa vivir de ello y cómo espera operar. Uno tiene claro quiénes serán sus proveedores, cómo se relacionará con ellos y la relación que se impondrá entre unos y otros.

Pero entre las cosas en las que debería pensar todo el mundo antes de lanzar una empresa y montar una marca y entre las cosas en las que en realidad piensan existen ciertas diferencias. Cuando se monta un negocio suelen dejarse de lado ciertos elementos que no se consideran tan importantes o suelen dejarse en manos no profesionales (o solucionarlo a medida que van apareciendo los problemas), en lugar de hacerlo desde un principio y con una estrategia clara. Y eso es un gran error: nada debe quedar al aire cuando se habla de estrategia de negocio y nada debe dejarse al azar, especialmente cuando los elementos que entran a formar parte de esa estrategia o los que modifican lo que se está haciendo o no son los que pueden al mismo tiempo cambiar la visión que el consumidor tiene o no tiene de la empresa.

Todo eso sirve para comprender que la estrategia de marketing no debe dejarse al azar y no debe convertirse en un elemento de esos que se incluyen en la lista de cosas pendientes y que ‘ya se harán’. Contar con un plan de marketing para nuestro negocio es, en realidad, una necesidad imperiosa y una que modificará todo lo que se está haciendo y todo lo que se hará.

Planificar es siempre un paso obligatorio

Y es que, aunque pueda parecer una exageración o aunque pueda parecer una cuestión que tiene un tanto de locura, lo cierto es que las empresas son esclavas de los planes. Planificar lo que se va a hacer, establecer unos objetivos de partida y decidir cómo se va a conseguir lo que se espera no son elementos cuestionables o que se puedan dejar en espera. Son elementos cruciales que marcarán la agenda y que todo negocio debe establecer desde el primer momento.

Cuando se abre un negocio, se tiene claro que se quiere que ese negocio genere ingresos y beneficios. Para generar esos ingresos y esos beneficios, no queda más remedio que conectar con los consumidores, hacer que conozcan a la marca y establecer con ellos una relación de confianza. Poco importa que lo que se abra sea la nueva peluquería del barrio o que lo que se esté lanzando sea una firma de productos lácteos con unas características muy concretas. Antes de dar un paso hay que saber el camino en el que se tendrá que dar. Las marcas necesitan saber quiénes son sus potenciales clientes, cuáles son los elementos con los que se podrá llegar a ellos y también cuál es el límite al que puede llegar en esta estrategia de conquista.

Y todos esos puntos no son más que las grandes pinceladas de lo que un plan de marketing es (y de lo que puede hacer por una marca). Los negocios necesitan un plan de marketing porque este será la guía que les permitirá lanzarse a la conquista del consumidor. Como los sherpas eran quienes permitían a los pioneros del alpinismo lanzarse a la conquista del Everest, el plan de marketing será el que indique dónde hay que poner los pies y poner las guías para llegar a la cumbre sin problemas.

Sí, las pymes también lo necesitan

Y esto es además algo que debe importar a pequeños y a grandes. Las pequeñas empresas y las pequeñas marcas tienden a creer que, por su tamaño más reducido, no van a necesitar echar mano de estos recursos tanto como las empresas de mayor tamaño. Al fin y al cabo, ellos no son una gran multinacional que necesita posicionarse en ese mercado complejo que es el intentar abordar todo el mundo. Si mi empresa es una pequeña peluquería de barrio, poco importa que no tenga un plan de marketing claro. Eso es, en realidad, un craso error. Todo el mundo necesita saber qué es lo que va a hacer y todo el mundo necesita una guía en la que estén claros los objetivos que se quieren lograr y los pasos que hay que dar para ellos, al tiempo que deje claro cuáles son los elementos que conforman nuestra marca y el modo en el que hay que respetarlos.

Al fin y al cabo, las pequeñas empresas no van a permanecer ajenas al marketing. Ellas mismas realizarán muchas de las acciones que tendrían que estar en ese plan de marketing. Posiblemente contraten publicidad en los medios locales. Seguramente tengan un perfil en varias redes sociales. Y todas ellas tendrán un logo y un nombre de marca que los identifica. El contar con un plan de marketing les ayudará a ser consistentes en todos estos canales y con todas estas herramientas y posibilitará que en todas ellas saquen el mejor partido posible a su potencial relación con los consumidores.