Llevar una gestión basada en información es una práctica imprescindible en todas las industrias, y especialmente en el mundo de los agronegocios, donde se la llama habitualmente “hacer gestión”.
Esta práctica, que incluye realizar planeamiento, análisis de producción y detección de márgenes y resultados por actividad está hoy favorecida por el nuevo concepto de cloud computing o computación en la nube: una forma de usar programas y computadores disponibles por Internet sin necesidad de adquirir licencias o hardware, ni de instalar redes privadas para su utilización.
A los beneficios de una práctica de planeamiento y control de gestión se le suma este modelo, de baja demanda de inversión inicial y que no tiene requerimientos de personal especializado propio, para su utilización.
Todas las empresas organizadas trabajan con proyecciones de negocios basadas en modelos, y la producción agrícola no es la excepción. En este rubro se analizan también modelos alternativos que ponderen variables externas como lluvias o precios, para definir escenarios posibles.
Ahora bien, al principio esos mecanismos de gestión suelen realizarse en planillas de cálculo o sistemas simples de planeamiento, no integrados a la gestión. Y eso ocurre porque los sistemas de gestión integrados requieren a menudo de cierta infraestructura y licenciamiento, que suman inversión.
En ese contexto, el nuevo paradigma de uso de los sistemas denominados cloud computing simplifica la utilización de herramientas de informática complejas, pues promueve un esquema de uso donde el usuario sólo debe disponer de una computadora con comunicación a Internet. Luego, todas las necesidades de aprovisionamiento de sistemas o servidores son problema del proveedor de la solución, que asume así la responsabilidad de infraestructura antes requerida por el usuario.
Los beneficios de este modelo son inmensos: menores costos de inversión, mayor disponibilidad del sistema por estar la infraestructura atendida por especialistas todo el tiempo, recursos técnicos innecesarios, liberación de espacio, y organización de la empresa para enfocarse en sus procesos críticos, y no en el soporte tecnológico que antes se requería.
Claro que el cloud computing no viene sin algunos desafíos: privacidad y calidad de servicio. Para ello, las empresas proveedoras líderes han requerido integrar modelos contractuales y de provisión de servicios, que garanticen alta disponibilidad y confidencialidad de la información que procesan.
El modelo de computación en la nube tiene una gran ventaja específica en sectores como el de agronegocios, que tienen personal móvil y distintos puestos de trabajo en locaciones geográficas desconectadas: permite también conectar los recursos en el uso de sus sistemas de gestión, sin necesidad de construir redes privadas virtuales.
En todos los casos, las herramientas que definitivamente capitalizan el modelo son las que tienen como tecnología una interfaz y modelo de uso full web, y no necesitan construir redes virtuales ni instalar ningún aplicativo en las computadoras usuarias para ser usadas. De esa manera se minimiza el costo operativo, y se garantiza la
disponibilidad del modelo en todo tipo de sistemas operativos, como los de tabletas o teléfonos inteligentes, además de computadoras personales.
Los servicios cloud computing para el agro están disponibles para sistemas de planeamiento y gestión integrada, y también para otros usos más específicos, como control productivo geo-referenciado, logística, control de cosechas, entregas y certificaciones de granos.