Hoy día, el concepto de Responsabilidad Social Empresaria se ha incorporado plenamente en la agenda de las grandes empresas. En un mundo agobiado por nociones de calentamiento global, inequidades distributivas, recursos naturales no renovables y demás, era lógico suponer que estos items pronto se incluirían en el discurso corporativo. Y lo que en un primer momento pudo haberse empleado como herramienta de marketing, dotando a la organización de valores positivos por tomar partido por la conciencia “green”, hoy se ha convertido en un modo de gestión. Ahora se lo percibe como una manera de vivir la empresa, realizando acciones que la trascienden. Es finalmente el tomar conciencia de que uno forma parte del país, del mundo y de que lo que el público de esa organización hará, marcará de alguna manera una diferencia.
En el mundo de los eventos corporativos el RSE está definitivamente instalado, pero se trata de “no vender humo”, ya que no basta solo con que la empresa lo enuncie o posea un área dedicada al RSE, sino que la idea es ser coherentes con la declaración y alinearse con la cultura verde en los hechos.
De esta manera, hoy la organización de los eventos mixtura objetivos tradicionales como motivación o fidelización con actividades con fines solidarios, donde los empleados, luego de participar en diversas dinámicas de trabajo en equipo, finalizan la jornada armando y pintando muebles para niños por ej, que luego serán personalmente donados a una institución. Estos van acompañados con material de literatura infantil que la gente prepara, y tambien de juegos educativos que se producen ad hoc. Se trata de transmitir valores y concientizar sobre el cuidado del planeta, de modo de entender que cada aporte – por mínimo que sea- nos beneficia a todos.
Pero hay más: la conciencia green se extiende a otros nichos como los proveedores.
En el rubro tecnológico ahora se prefiere emplear leds, reemplazando otro tipo de luminarias que ocasionan el doble de gasto energético. En las actividades donde los participantes realizan muebles para donar se trabaja con pinturas al agua biodegradable y no contaminante, y con muebles de pino sustentable. La papelería es de material reciclado, así como el packaging. Los alimentos son orgánicos y bajos en contenido graso, y las bandejas de telgopor han sido dejadas de lado. Tampoco se utiliza celofán para envolver, sino papel de seda reciclado. Los organizadores desalientan el uso de autos particulares para el traslado, y en su lugar se utilizan micros con choferes entrenados, que, mientras esperan, apagan sus motores para evitar la polución y el mayor gasto de combustible.
En las actividades que incluyen fines solidarios se advierte enseguida la reacción emotiva de los participantes. Se contagia el entusiasmo y se pone mayor dedicación en las tareas a cumplir. En los eventos donde participan los niños de los empleados, además, es interesante observar como los chicos enseñan a los grandes y como traccionan e influyen en sus padres, porque vienen trabajando estos conceptos desde su escuela y les resultan naturales.
En definitiva, una tendencia que llegó para quedarse. Que suma y que involucra, y que cuenta ya con una norma ISO (la 26.000) para certificar.