Los números suministrados por el Instituto de Vitivinicultura indican que este año se producirán unos 41 millones de litros, mientras que en 2005 la cifra alcanzaba a los 71 millones. La baja del consumo interno y problemas para exportar explican en parte la gran disminución.
Hace unos días el Instituto Nacional de Vitivinicultura envió un informe en el que detalla la producción de vino local de los últimos diez años. Indica que en 2005 San Rafael producía cerca de 71 millones de litros, y hoy se estima que habrá una producción de poco más de 41 millones de litros en el departamento. Estos datos dan un estimativo que la producción bajó un 43% en diez años.
El año que más se sintió la baja fue en 2006, cuando bajó en 15 millones de litros respecto del año anterior. Entre 2007 y 2014 la producción ha bajado un promedio de entre 4 y 8 millones de litros por año. Este año se espera que la producción sea un 10% menor a la del año pasado.
El Ingeniero Agrónomo y productor local Ernesto Panelli dialogó con Diario San Rafael sobre los problemas que enfrenta hoy la producción local de vinos. Uno de los factores que ha influido en la baja de la producción es la disminución del consumo interno. “Antes se consumían hasta 40 litros por año per cápita, hoy eso ha bajado mucho”, explicó Panelli.
Si bien el presidente del INV, Guillermo García, durante su visita al departamento la semana pasada aseguró que el consumo interno ha subido un 4% el último año, también destacó que ha bajado mucho en los últimos años, lo que impulsa a buscar mercados fuera del país.
“Si bien no tengo contacto directo con la exportación, sé que hay muchas dificultades por el precio del dólar, y además estamos fuera del mercado”, dijo Panelli.
De todas formas, desde el INV intentan buscar mercados fuera del país. “Estamos viendo de exportar a Estados Unidos, la única salida es buscar nuevos mercados”, señaló Guillermo García en su visita al departamento.
Otro de los factores es que cada año la cosecha es menos rentable para los productores. “Los productores no quieren cosechar porque a veces les sale más caro que lo que cobran, y no confían en los planes “poda” ni “cosecha” del gobierno, porque se los pagan muy tarde y no recuperan lo invertido”, explicó Panelli.
El problema de la producción primaria se extiende a muchas industrias locales que pierden rentabilidad con productores secundarios y distribuidores, lo que además hace que baje el consumo por los altos precios del producto, de lo cual al productor le queda muy poco.
“No es fácil dejar de producir viñas, necesitas como cuatro años para ponerla en producción, no es un cultivo que lo cambias cada seis meses. El productor cuando decide invertir tiende a luchar porque su cultivo sea rentable más que cambiarlo”, manifestó Panelli para explicar la situación por la que atraviesa la vitivinicultura local.