A 4 km de Brandsen, La Posta de Tavo invita a disfrutar un día de campo con actividades rurales y recreativas y hospedarse en sus cabañas, que se levantan en medio del encantador paisaje que delinea un bosque de acacias centenarias.
La tranquera se abre a las 9. Tras recorrer un camino de 600 metros -resguardado de la helada y el viento en invierno y del sol en verano por una frondosa hilera de álamos-, se llega hasta un quincho con capacidad para 400 clientes y escenario para shows folclóricos, una galería con metegol, ping pong y sapo y un parque con hamacas, toboganes, pasamanos, puentes colgantes y calesitas.
Mientras los chicos se entusiasman con las propuestas del sector infantil y los jóvenes improvisan picados de fútbol, vóley y tenis, los mayores son recibidos por los dueños con un desayuno de café con leche, bizcochuelo, tostadas y dulces caseros, al que termina sumándose toda la familia.
A media mañana, los caballos están ensillados, dispuestos a hacer la primera salida. Las cabalgatas son acompañadas por paseos en sulky y tractor y carreras de bicicletas. Las actividades son tan variadas que se hace imposible resistirse a practicar algún deporte o salir a caminar por los senderos que llevan hasta la laguna de patos y la capilla Nuestra Señora Desatanudos, muy concurrida por mujeres devotas de la virgen.
Pasado el mediodía, bandejas con pan caliente y tablas de fiambres, embutidos, ajíes y berenjenas asadas invaden las mesas del quincho e invitan a saborear la típica picada, antes de las empanadas fritas y el plato principal. Siguen ensaladas, achuras, vacío, asado y pollo. Como cierre, un suculento flan con dulce elaborado con productos de la granja.
Mientras en verano los visitantes suelen volcarse al sector de la piscina, y el solario, en invierno se imponen las actividades de granja. El recorrido empieza por el tambo, donde se enseña a ordeñar vacas, sigue por los corrales de cerdos y ovejas y termina en el gallinero. Pero la diversión continúa firme con paseos en botes por cualquiera de los dos espejos de agua que asoman entre las 30 ha de la estancia, acrobacias en una cama elástica y mini-tramps, en el patio lindero al comedor.
Al atardecer se sirven pastelitos, pasta frola y tortas fritas humeantes, irresistibles para la mayoría. Mientras algunos dan los últimos golpes de croquet, otros se quedan a pernoctar y recobrar fuerzas para empezar la semana.
El sector de descanso se oculta detrás del monte de frutales, bien alejado del ruido. Las diez cabañas diseñadas íntegramente en madera ofrecen TV, dvd, microondas, heladera, ropa de cama, vajilla, parrilla, mesas y sillas de jardín. Los balcones y grandes ventanales regalan magníficas vistas del bosque. Los huéspedes pueden prepararse la comida en un quincho de paja.
Datos útiles e información
COMO LLEGAR. De Bs. As., 75 km por av. H. Yrigoyen (ex Pavón) y ruta 210 o Ricchieri, Autopista a Cañuelas y rutas 52, 6 y 210.
CUANTO CUESTA. El día, $ 80 sin bebida; 3 a 10 años, $ 40; 2 d./1 n. en cabaña para 6, $ 400; para 4, desde $ 300; para 2, $ 200.
(156) 2605339 / 4225-1451