Creo que es importante pararse un poco, dar un paso hacia atrás, salirnos del trabajo y el bullicio diario y echar un vistazo en perspectiva.
Hace poco asistía a una interesante conversación, donde salió el tema de qué hace falta para tener una iniciativa empresarial de éxito.
El éxito es un concepto muy abstracto, cada uno debería tener su propia definición clara de qué es para él, eso impedirá que nos veamos infelizmente arrastrados en la definición de otros , porque para unos puede que tener mucho dinero en el banco sea sinónimo de éxito y para otros lo sea hacer lo que siempre han querido, pero más o menos podemos coincidir en que una empresa de éxito tiene estas características:
* Es económicamente rentable y permite vivir sin ahogos monetarios.
* Tiene clientes satisfechos que piensan que les aportamos valor.
* No supone un sufrimiento inmenso conseguir nuevos clientes.
Sé que esas 3 cosas son un mínimo muy mínimo, para mi definición personal faltan al menos un par, pero es un buen punto de partida. Por eso en la conversación se comentaron experiencias propias sobre qué es necesario para que nuestra empresa, al menos, tenga éxito en esos términos mínimos.
Y esto es lo que hacía falta y en lo que más o menos se estaba de acuerdo, luego las circunstancias son tan caprichosas que puede pasar de todo, pero estos son requisitos indispensables para hacerla triunfar.
1.- Tienes que estar en un mercado con una amplia tradición de compra
Es decir, que sea un mercado en el que ya exista una necesidad o un deseo y que esté acostumbrado a pagar por satisfacerlo.
Si tenemos algo maravilloso que cubre una necesidad que la gente no sabe que tiene, estamos perdidos. Porque primero habremos de convencerles de que tienen esa necesidad y luego habremos de convencerles de que somos la opción idónea para satisfacerlo.
Eso es tarea de titanes y sin embargo hay muchas iniciativas de este tipo, que crean cosas tan novedosas que no se han usado nunca. En esos casos la mayoría de las veces no tienes la receta del producto del siglo, sino la del desastre.
No sé si alguno ve la serie “Mad Men”, va sobre los grandes publicistas de los años 50 en Estados Unidos y allí sale el tema de cómo son capaces de crear la necesidad y luego presentar el producto.
Nosotros ni somos tan grandes y de aquello hace más de medio siglo, así que la receta para no tropezar antes de dar el primer paso siquiera es meterse en un mercado en el que tengamos claro que la gente paga, y luego pasar al punto 2.
2.- Tienes que aportar algo innovador, especialmente algo más fácil o algo más rápido.
Innovar no es reinventar la rueda, es entrar al mercado y poder decirle a un posible que cliente que tu solución es:
* Más sencilla.
* Más fácil.
* Más rápida.
* Tienes más de lo que le interesa.
En definitiva no somos como los otros.
¿Qué aportamos nosotros de diferente? ¿Nos hemos parado a pensarlo? Porque cuando esa pregunta se hace a muchos emprendedores o se quedan en blanco o balbucean algo insignificante. Porque esa es otra, NO BASTA CON SER DIFERENTE, hay que ser remarcablemente diferente.
Por mi experiencia, y en el contexto actual, donde existe un enorme déficit de atención por parte de nuestros clientes, o tu diferencia es MUY reseñable o ni la van a notar.
3.- Tienes que preocuparte ENORMEMENTE por el Marketing.
Métete en un mercado que paga, sé diferente y aún así no va a venir nadie a tu puerta. Así son las cosas.
Si uno no está dedicando al menos la mitad de su tiempo y recursos en Marketing (o dicho más fácil en llevar el nombre de la empresa hasta el posible cliente y mostrar por qué es una buena opción) no va a conseguir nada.
Eso es el doble de importante si somos nuevos o somos pequeños.
Afrontémoslo, en esos casos no le importamos un pimiento a nadie. Hey, yo no he hecho las reglas, pero es así ¿creen que yo le importo a cualquier empresa? A la mayoría le va a dar igual si desaparezco mañana por la sencilla razón de que NI SABEN QUE EXISTO.
El primer paso para importar a alguien es hacernos notar, el segundo es hacer algo por ellos que los demás no hacen (punto anterior).
Hacerles ver esas dos cosas se consigue con Marketing, porque si somos muy buenos, pero nadie lo sabe, no somos nada.
4.- Tienes que rodearte de la gente adecuada.
Recientemente para un par de proyectos he trabajado con alguien que realmente se preocupaba y era experto en lo que hacía y me he tropezado con otros que, bueno, vamos a decir que no tanto.
La diferencia en costes, tiempo perdido y ojos que he tenido que poner en blanco ha sido abismal, y no me refiero a que tuvieran fallos, cosa que nos pasa a todos cien veces al día, sino que no les importaba nada lo que hacían ni yo.
Nada es más crítico que la gente de la que te rodeas para remar en el bote de tu empresa. NADA.
Hace poco un cliente me preguntaba sobre qué criterios seguir porque tenía que contratar a algunos profesionales para cierto trabajo. Simplemente le transmití lo que un mentor mío me transmitió.
“La estrategia perfecta de Recursos Humanos es muy sencilla. Trabaja solamente con estrellas.
Y estrellas no significa necesariamente profesionales de prestigio “hiper-pagados”, hay muchas estrellas a nuestro alrededor.
El 90% de las veces la política que he visto aplicar en este sentido es contratar todo lo barato que se pueda, lo cual rechaza a cualquiera mínimamente bueno que valore su trabajo. Para ser un punto crítico la verdad es que lo tenemos francamente desatendida.
5.- Tienes que tener capacidad de tomar riesgos.
He hablado de esto recientemente largo y tendido, la cuestión es que ser emprendedor es viajar por aguas desconocidas, así que si el agua es un problema insalvable nunca vamos a salir del puerto ni llegar a ningún lado.
6.- Tienes que tener capacidad de aguantar los golpes.
Crea algo propio y te va a caer una lluvia de golpes e imprevistos que parece que te hayas metido en medio de una batalla campal.
Cualquier emprendedor lo ha vivido, OCURRE DE TODO y, lo que es más “interesante”: tú eres el principal líder y responsable de afrontarlo y arreglarlo.
Si uno no está dispuesto a recibir unos cuantos golpes, es mejor no subir al ring, porque el producto no se va a vender tanto como se esperaba, hay gente que no nos va a pagar, la máquina que más precisamos se va a romper en el momento inoportuno y vamos a ver números rojos a lo largo del camino…
Ahora, esta habilidad necesaria no significa ser un hombre de acero al que no tumban nunca, la habilidad realmente crítica es la capacidad de apretar los dientes y levantarse.
Es mi convicción, y mi experiencia personal, que si lo haces suficientes veces acabas consiguiendo lo que te propones.
7.- Tienes que tener capacidad de relación con la gente.
Nos dediquemos a lo que nos dediquemos todo se resume en una palabra. PERSONAS. Nuestros empleados, nuestros aliados, nuestra competencia, nuestros clientes…
No podemos hacerlo solos, no podemos convencer a un cliente si no nos relacionamos con él y las personas somos muy peculiares. Una de los temas sobre los que más he aprendido en este tiempo de emprendedor es sobre la naturaleza humana.
Fascinante, maravillosa y puñetera al mismo tiempo…
Siempre lo he dicho, si has de salvar una cosa cuando la empresa se quema, que sea la libreta de contactos, si no sabes qué hacer estos próximos 15 minutos crea una nueva relación o nutre una existente llamando a ver cómo va todo y preguntar qué podemos hacer por él.
Para mi gusto personal hay más cosas en esa lista (pasión por lo que se hace por ejemplo) pero incluso para los perfiles más distintos, hay poca discusión sobre que esas sean condiciones indispensables.
Mi propuesta práctica es, como he dicho al principio, pararnos un momento, dar un paso atrás, detener todo el torrente de ocupaciones y dedicar veinte minutos a ver cada punto y anotar en un papel qué par de cosas podríamos hacer la semana que viene para mejorarlo.