Una de las primeras lecciones que se ofrece a las empresas cuando se trata de hacer negocio es el de blindar los elementos que las diferencian y que hacen de ellas algo completamente distinto a su competencia. Por ello, las compañías tienen que crear marcas que resulten sólidas y tienen que, igualmente, protegerlas. Tienen que seguir todos los pasos necesarios para que su identidad no sea usurpada por los otros.
Proteger la marca y su identidad es, por tanto, una cuestión crucial, una que permite a la compañía no solo mantenerse como entidad ante los consumidores sino también no perder ingresos y no perder valor. Pero, a pesar de todo, como acaba de demostrar un estudio de CompuMark las infracciones de marca registrada han ido creciendo en los últimos tiempos, o al menos eso es lo que los directivos sienten que está ocurriendo. Tal y como indican los resultados del estudio, 8 de cada 10 ejecutivos de alto nivel cree que el número de infracciones de marca registrada están en aumento.
A pesar de ello, cada vez se están más registrando más marcas, pero no se están tomando más molestias en protegerlas. Un 66% de los encuestados prevé lanzar durante el año próximo una marca registrada, aunque solo un 20% de las compañías está haciendo un trabajo activo a la hora de vigilarlas.
“El número de marcas registradas está creciendo exponencialmente y continuará, sin lugar a dudas, a hacerlo”, explica uno de los responsables del estudio. Este crecimiento de las nuevas marcas registradas se suma al balance de marcas ya existentes, lo que crea un entorno complejo en el que cada vez hay más marcas que proteger y en el que las empresas se enfrentan a un entorno más y más difícil en lo que a vigilancia y protección de sus marcas se refiere.
La cuestión es ahora doblemente compleja porque, por un lado, la existencia de marcas registradas está creciendo más y más y porque, por otro, la presencia de las marcas es global, lo que hace que la protección de las mismas (y la preocupación por ellas) tenga que ser igualmente global. Un 94% de los encuestados asegura que su empresa ha tomado medidas para proteger sus marcas en todos los mercados, aunque un 80% reconoce que lanzaría más marcas registradas si el proceso de registro de las mismas fuese más simple.
El dinero que se pierde
¿Qué impacto supone en la empresa que sus marcas sean usurpadas por otros y que sean usadas de forma irregular? Los directivos encuestados creen que el uso fraudulento de su marca implica un desgaste en su imagen corporativa y les lleva a perder reputación. Así lo creen, de hecho, el 21% de los encuestados, que son quienes ponen al daño en la identidad corporativa como el más grave de todos los que puede suponer el uso fraudulento de la marca. Y, por supuesto, estas prácticas también implican un desgaste económico: un 26% cree que el principal problema es la pérdida de ingresos.
Y es que la piratería de marca mueve mucho, muchísimo dinero. De hecho, y como apuntaba un estudio reciente, el 2,5% de todo el flujo de importaciones en todo el mundo está ya en mano de las falsificaciones, que mueven unos 461.000 millones de dólares al año. Otra estimación, esta un poco anterior y de Euromonitor, apuntaba que entre el 8 y el 15% del comercio mundial estaba en manos de las falsificaciones y de los productos pirata. No es de extrañar, por tanto, que se estime que la piratería de marcas mueve ya tanto dinero como el tráfico de drogas.
Fuente: Puro Marketing