Más del 80% de la pérdida de empleos durante la reciente recesión tuvo un impacto en los hombres, mientras que desde 2005 las mujeres menores de 30 años han ganado más dinero que los hombres en las grandes ciudades de Estados Unidos.
Tradicionalmente las mujeres trabajaban en sectores como la educación y la sanidad, que tienden a ser más resistentes a los reveses económicos, mientras que más hombres lo hacen en sectores como la construcción y la fabricación, que generalmente soportan el mayor peso de una recesión.
Paco Underhill, especialista en shopper understanding, explica que las mujeres tienden a ser más resistentes a la recesión, tienen más dinero y menos tiempo, así que los negocios se están adaptando a los gustos femeninos, desde cambiar los diseños de las tiendas hasta instalar cuartos de baño más agradables.
En su libro “Lo que quieren las mujeres: el mercado global se vuelve amigo de lo femenino”, Underhill explora cómo los negocios están respondiendo a un creciente poder económico de las mujeres.
Underhill contó que encontró una menor preocupación por las clientes mujeres cuando hizo inspecciones sorpresa a las empresas. “Yo iba al baño de mujeres, por ejemplo, y preguntaba ‘¿Crees que tu mujer entraría aquí?’ y la respuesta generalmente era ‘no'”, comentó. “Debemos prestar atención al consumidor femenino”, apuntó.
Por ejemplo, la tienda minorista estadounidense Best Buy conseguió una ventaja sobre sus rivales porque fue “mucho más rápida a la hora de captar las preferencias femeninas y lo que querían: educación, interacción y sensación de tranquilidad, de no agobio”.
El autor describió un “ambiente favorable a las mujeres” como aquel que las hace sentirse en casa, cómodo, seguro, higiénico, respetable y bajo control. La suciedad en los vestuarios, luz insuficiente, recepciones de hoteles “horribles”, un servicio al cliente brusco y espejos deslucidos son una garantía de huida de la de las clientes. En tanto, el diseño de una tienda atractiva para el público femenino tiene unos bordes suaves, con predominio de madera más que de acero inoxidable y sillas confortables.
Aunque las empresas se están adaptando a un ritmo cada vez mayor a las necesidades de las mujeres, Underhill asegura que el mundo todavía pertenece en gran parte a los hombres, está diseñado y dirigido por ellos. Hacer el entorno más atractivo a los gustos femeninos no significa que vaya a ser menos atractivo para ellos.