Los empleados deben guiar a la empresa hacia un futuro mejor. Es por ello por lo que los reclutadores de recursos humanos deben tener mucho cuidado a la hora de elegir a los candidatos.
Y es que son muchas las personas que se quejan por los larguísimos procesos de selección y por las interminables fases de entrevistas laborales que forman parte de los procesos selectivos. Sin embargo, cabe destacar que esto es una inversión en el futuro de la empresa.
Los empleados, siempre y cuando hayan sido seleccionados del modo adecuado, serán los que motiven a los demás a conseguir las metas generales. Se encargarán también de acercar a los directivos nuevas ideas que destacarán por su originalidad y creatividad. En definitiva, serán el mecanismo que dará vida a la empresa, el mecanismo que la guiará hacia un futuro prometedor.
Exactamente a este funcionamiento se debe el hecho de que los directivos teman la posible creación y difusión de rumores que podrían provocar situaciones de pesimismo y negativismo. Todo esto es peligroso, pues puede provocar una crisis interna que se reflejará no solo en la eficiencia de los empleados, sino en lo que los individuos perciben de la marca. Pues toda acción tiene su reacción y una mala gestión de los recursos humanos podría desembocar en una desestabilización de la cultura corporativa.
¡Valorar al factor personal significa ser capaz de reconocer que lo que da vida a la empresa es la ingenuidad del ser humano!