A los eventos de networking hay que ir con un objetivo claro y con unos fines concretos y específicos
Las relaciones son uno de los elementos que han movido el mundo de los negocios desde posiblemente tiempos inmemoriales. El tú conoces a alguien o el yo conozco a aquel otro han servido desde siempre para establecer relaciones de negocios y para llegar a acuerdos y cerrar coaliciones. En fin, ¿quién no ha leído alguna novela decimonónica en algún momento en el que los matrimonios se cerraban para potenciar relaciones en el mundo de los negocios?
La importancia de relacionarse con los demás en el mundo empresarial ha sido por tanto siempre fundamental, pero en la actualidad se ha democratizado un tanto. No hace falta estar relacionado desde siempre con todos esos personajes del mundo de los negocios (ni tomar decisiones tan drásticas como las de las novelas del XIX) para poder establecer relaciones: ahora ha tomado fuerza el networking, la práctica de potenciar las relaciones informales entre unos y otros y establecer lazos en el mundo de los negocios.
Hacer buen networking puede ser clave para el triunfo, pero hacer networking no es nada fácil. Relacionarse con los demás no es sencillo y mucho menos cuando lo que se quiere es establecer a bote pronto fructíferas relaciones laborales o empresariales. ¿Qué es lo que falla cuando se intenta hacer networking? Muchas veces se acusa a la propia personalidad del escaso éxito, otra a los eventos, que son demasiado multitudinarios, pero lo cierto es que en el mundo del networking hay ciertos errores que se repiten de forma reiterativa y que marcan por qué muchos fracasan a la hora de establecer esas relaciones. Un artículo de FastCompany los ha identificado.
Creer que tienes que hacer networking como lo hace todo el mundo
Cuando se piensa en networking se acaba pensando siempre en el mismo tipo de eventos y de contenidos: reuniones informales en las que la gente intenta conocerse pero en las que si no conoces a nadie acabas, como apunta el autor del artículo de FastCompany, dando vueltas en torno a la mesa de los canapés sintiendo que se está fracasando. Lo cierto es que aunque el cliché sobre lo que es o no hacer networking está asociado habitualmente a este tipo de eventos y la mayoría de actividades para hacer networking son esas, nadie está obligado a tener que sufrir este tipo de eventos.
Cada persona tiene que buscar el tipo de eventos y acciones de networking que encajan mejor con su personalidad y centrarse en ellas. Hay que ser sincero con uno mismo y estudiar cómo es la personalidad de cada uno para descubrir en qué eventos se va a encajar mejor, ya que no todo el mundo tiene la misma personalidad y no todo el mundo es capaz de ponerse a hablar a bote pronto con un montón de desconocidos.
Además de autoconocerse, hay que tener en cuenta qué es lo que realmente se espera de esos eventos de networking y que presupuesto se quiere gastar (no tiene sentido gastarse un dineral acudiendo a ferias de entradas prohibitivas si no encajan con lo que se quiere hacer) para saber a dónde hay que ir.
Maltratar las relaciones one-to-one
Uno de los elementos más importantes de hacer networking no es dejarse ver con el puñado de personas adecuadas sino establecer relaciones fructíferas con las personas concretas adecuadas. Para ello hay que potenciar lo que en inglés se conocen como relaciones one-to-one, esto es, las relaciones cara a cara. Y hacerlo no implica simplemente intercambiar contactos en LinkedIn, darle a alguien la tarjeta o intercambiar unos mails: hay que establecer relaciones más profundas y más fluidas.
Hacerlo no parece fácil, pero en FastCompany aconsejan hacer cosas como introducir a esos nuevos contactos con otros que podrían resultarle útiles o interesantes o mantener una relación fluida en redes sociales (por ejemplo, aprovechando cuando comparten contenidos propios para dar las gracias) como una manera de hacer que esas relaciones interpersonales sean mucho más directas y cercanas.
No ser conscientes del valor de cada uno de nosotros mismos
No se trata de dejarse llevar por lo que la sabiduría popular considera que es no tener abuela, pero lo cierto es que a la hora de hacer networking tan importante es relacionarse con los demás como tener, por así decirlo, una buena relación con uno mismo. Es muy importante recordar cuáles son las fortalezas de cada uno y no olvidar cuáles son nuestros talentos y nuestros intereses, ya que esos serán los valores que podremos compartir con los demás y, por tanto, los elementos cruciales para desarrollar una propia, por así decirlo, imagen de marca, que permitirá llamar la atención de los demás.
La recomendación fundamental en este tipo de puntos es la de centrarse en un elemento, en una disciplina, e intentar ser lo mejor que se pueda en ella.
Ser un tanto difuso y confuso sobre lo que se espera o necesita
A los eventos de networking hay que ir con un objetivo claro y con unos fines concretos y específicos. Y si se va con esas miras, otro tanto debe ocurrir con cómo se expresa uno o con cómo se aborda a los interlocutores. No se trata de asaltarlos con peticiones, pero sí de ser lo suficientemente concretos y lo suficientemente precisos como para que los demás sepan que es exactamente lo que se está buscando y por tanto puedan responder a ello.
No ‘ir a matar’
Quizás este es el punto de los errores que enuncia FastCompany que parece más directo o que puede hacer que se sienta uno más violento a la hora de hacer networking, pero lo cierto es que visto de forma objetiva es uno de los más lógicos de todos. Los amigos suelen crecer de forma orgánica, nos recuerdan, ya que se van conociendo a lo largo de la vida y estos van a su vez presentando a otros amigos. Esta realidad que funciona tan bien en la parte personal de la vida cotidiana no se puede aplicar cuando se trata de la parte profesional de la vida cotidiana. Cuando lo que se quiere es hacer networking, no se puede esperar que las conexiones aparezcan de forma natural. Hay que forzarlas. O, lo que es lo mismo, hay que tener claro a lo que se va y hacer todo lo necesario para que dé frutos.
Estudiar las listas de asistentes, buscar puntos en común, crear calendarios de reuniones previos o potenciar esos encuentros son, según sus recomendaciones, algunas de las ideas que se pueden aplicar para sacar el mayor partido a los eventos de networking.