El proceso de democratización de la digitalización ha significado para las pymes cambios de paradigmas tan importantes como lo fue su inclusión en el universo tecnológico.
Hoy la informática provee rápidamente soluciones estandarizadas que cuentan con los más altos estándares para cada segmento, de modo que aquello de invertir en ellas asociando ese hecho a un tedioso y laborioso sistema de aprobaciones, presupuestos y ajustes internos pasa a ser un fluir simple, enérgico y productivo en el corto plazo.
Los dilemas de las pymes ya no pasan por temas como “compro o no una cierta solución” ni “cuánto debo invertir para informatizar mi compañía”. ¿Cuáles son, entonces, los desafíos contemporáneos?
La gran motivación que seduce al empresario pyme se encuentra en la capacidad para encontrar su propia experiencia tecnológica a partir de las herramientas con que cuenta. Las soluciones de hoy permiten un accionar veloz. Pueden ser implementadas en poco tiempo, adaptadas o corregidas en otro tanto, otorgar resultados en algo más.
Es así como los antiguos tiempos de implementación están mutando hacia los ricos momentos de consultoría crítica, donde cada líder encuentra en las herramientas adquiridas una forma de crear su propio tablero de comando, el que, incluso, le permite gestionar online, aún incluyendo variables significativas para su negocio, como pueden serlo la cotización de una divisa o cuestiones climáticas si se tratan de tópicos sensibles para el día a día comercial.
Pymes y consultores nos encontramos con la gran oportunidad de empezar a entender las soluciones paquetizadas, que ya cuentan con las mejores prácticas de cada industria, como una gran lámpara de Aladino en la que encontrar experiencias personalizadas para sacar provecho concreto y con resultados a partir de la información que se obtiene.
La energía de liderazgo debe ser utilizada donde corresponde. La distorsión en su canalización repercute de manera directa en los resultados que se obtienen. Por ello comprender que los tiempos disponibles no son ilimitados, que las herramientas de por sí, luego de décadas de experiencia, ya proveen de todo lo necesario y que allí, en lo que fluye de la tecnología, está todo lo necesario para personalizar el rumbo, está el secreto del gerenciamiento inteligente del próximo quinquenio.