La compañía aérea, que pierde un millón de euros por hora, corre riesgo de quiebra. Las condiciones pasa por abrir los hubs de Lufthansa en Frankfurt y en Munich, a lo que la compañía parece no estar dispuesta.
El consejo de supervisión de Lufthansa rechazó este miércoles aprobar la ayuda de 9.000 millones de euros que había negociado con el Gobierno alemán, por temor a la respuesta de Bruselas, presionada entre otros por Ryanair. La compañía, que pierde un millón de euros por hora, corre riesgo de quiebra.
Al final de la reunión en la que no se aprobó la ayuda, un portavoz dijo que “la Comisión Europea parece que nos va a imponer unas condiciones por la ayuda pública, que no podemos aceptar”. Las condiciones, según se ha sabido, pasa por abrir los hubs de Lufthansa en Frankfurt y en Munich, a lo que la compañía parece no estar dispuesta. “Con estas informaciones, el consejo de supervisión no se ha atrevido a aprobar el paquete de estabilización”, circunloquio para llamar a los 9.000 millones y a la entrada del Estado alemán nuevamente en el capital.
La ayuda aprobada exige que el gobierno alemán entre en el capital, con un 20 por ciento de las acciones, ampliables hasta el 25, con capacidad para bloquear la entrada de accionistas hostiles. Lufthansa también es propietaria de Eurowings en Alemania, así como de otras marcas que operan bajo su paraguas. Fuera del país, Lufthansa es la propietaria de Brussels, Austrian y Swiss, las compañías más importantes de Bélgica, Austria y Suiza. En todos esos países también ha pedido y obtenido ayudas públicas.
Lufthansa tiene una situación de control casi absoluto del aeropuerto de Frankfurt y de dominio de Munich, aunque en menor medida. Aparentemente, la Unión Europea estaría dispuesta a aprobar esa ayuda si se cede parte de la operación en estos aeropuertos, lo que podría poner en peligro el modelo de negocio de Lufthansa.
Michael O’Leary, el director general del grupo Ryanair, que compite muy fuertemente en Alemania, ha anunciado que presentará una demanda contra Lufthansa al considerar que estas ayudas son una alteración de la igualdad para competir en los mercados. Ryanair no ha pedido ayudas en ningún país en los que opera.
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