“Ahhhh,…muy interesante, me parece muy interesante…. Mira, te voy a pasar con el departamento de publicidad y ya, si eso…se lo cuentas a ellos…y. con lo que sea, pues ya hablamos…vale?”.
Esta conversación, que bien podría ser una de las ciento veinte mil llamadas que te hacen falta para darte de baja de cualquier operador telefónico, empieza a ser frecuente en la relación entre medios de comunicación y marcas (o las agencias que las representan).
Los medios están afinando cada vez más el cuidado entre sus redactores para que discriminen las notas de prensa que reciben y no “dejen pasar” lo que podría ser publicidad encubierta. Y con razón. Sólo hace falta ver el contenido de algunas notas de prensa, que haría las delicias de los guionistas de cualquier teletienda de madrugada.
¿Dónde deberíamos situar la delgada línea roja que separa la información de la publicidad cuando entablamos una relación con un medio para ofrecerles un contenido? Nadie lo sabe. Es un criterio tan subjetivo como la calidad o el interés que puede tener para un redactor una nota de prensa o el importe que el departamento financiero de una marca se quiera gastar en una campaña de publicidad en un medio. Así de subjetivo. Ni más ni menos. Aunque a la mayoría de nosotros nos gustaría pensar lo primero, nadie es capaz de dudar de lo segundo. Al fin y al cabo, los medios de comunicación son tan “marcas” como las propias marcas. Incluso algunos empiezan a mutar hacia medios de comunicación “marca blanca”.
Esa es la cuestión. Por un lado, los medios de comunicación saben que las marcas necesitan de ese altavoz y algunos de ellos, con la ruina que tienen encima, están con las garras afiladas esperando su momento. Por otro, las marcas son conocedoras de que ellas pueden tener muchas veces el contenido relevante que los medios de comunicación necesitan para rescatar a su audiencia.
El equilibrio está, como venimos explicando en el blog, en ganarse la confianza del medio como fuente de noticias. Esto es, saber encontrar contenido relevante en las entrañas de un producto, buscar la percha adecuada que lo enganche con la actualidad, conocer la idiosincrasia de los medios de comunicación, saber transmitirlo de la misma manera que un redactor lo haría en su propio medio y, por último,…afirmar siempre que no conoces la extensión del departamento de publicidad (esto último es broma. Bueno, no todas las veces, o sí.