El Mazda RX-Vision es el último prototipo presentado por la marca japonesa. Ha debutado en el Salón de Tokyo y se trata de un coupé que hace suyo el lenguaje de diseño Kodo y que anticipa un futuro deportivo con uno de los elementos más característicos de Mazda, el motor rotativo Wankel. Desde 1967 con el Mazda Cosmo Sport 110S hasta el cese de la comercialización del Mazda RX-8 en 2010, la firma japonesa ha tenido algún modelo con motor rotativo.
Mazda nunca se ha bajado del carro de los motores rotativos y este prototipo es una buena muestra de ello. Nunca han dejado de evolucionar estas mecánicas, siendo el único fabricante que apuesta por ellas en las últimas décadas. El motor del Mazda RX-Vision es un rotativo de nueva generación denominado Skyactiv R, aunque no conocemos más datos al respecto de esta mecánica. Desconocemos su cilindrada, el número de rotores u otras características relativas al tren motriz más allá de que es, como era de esperar, de tracción trasera. Mazda ha sido parca en detalles.
El Mazda RX-Vision no solo recupera los motores rotativos, sino que su diseño trata de evocarnos a un nuevo Mazda RX-7, probablemente el modelo más famoso de la saga de vehículos Mazda con motor rotativo. Al menos fue el más vendido en sus distintas generaciones desde 1978 a 2002, con más de 800.000 unidades vendidas. Las formas nos recuerda irremediablemente a este coupé y la forma de los pilotos traseros unidos entre sí por la parte interior son la prueba de que no solo son imaginaciones nuestras.
En el interior se recurre a un salpicadero muy minimalista, en el que echamos de menos un sistema de climatización o un equipo de audio. Encontramos un volante desplazado, un cuadro de relojes en tres esferas con mucha información y una consola central muy limpia con el freno de mano y la palanca de cambios. Se combina con mucho gusto el cuero rojo y negro con el aluminio, presente en detalles como las molduras, las palancas tras el volante o la palanca de cambios.
