Por comodidad o porque se hace costumbre, a veces estiramos los conceptos y los hacemos referirse a cosas que en realidad no son. La palabra logo es víctima de esa situación desde hace un montón de tiempo.
Tal como Kevin Johansen ya lo advirtió en su canción, ahora nosotros contribuimos con este breve glosario:
LOGOTIPO: refiere a un diseño distintivo que está compuesto por letras e imágenes, que se vincula a una empresa, una marca o un producto. La tipografía es la clave: la que nos da la pauta de que estamos hablando de un logo.
ISOTIPO: Es sólo una imagen que nos hace reconocer una marca sin necesidad de que vaya acompañada de texto.
IMAGOTIPO: Es la conjunción de los dos anteriores; cuando se forma un conjunto en el que el texto y el símbolo se encuentran bien diferenciados y podrían usarse por separado.
ISOLOGO: Cuando no se puede dividir: los elementos, tanto imagen como texto, funcionan como un todo sin poder separarse.
SIGNO: Todo lo que se puede interpretar, sea una cosa, un hecho o una persona.
SÍMBOLO: Tiene lugar cuando en una cultura, el signo posee más de un significado.
¿Cuándo hablamos de una marca? Con rigor, usamos esa palabra para referirnos a la suma de las características tangibles e intangibles. Tiene componentes históricos y emocionales.
Ahora, después de toda esta explicación, entendemos por qué es tan difícil hablar con propiedad. No hay problema: para eso estamos los diseñadores.