Las mujeres líderes de la generación X quedaron atrapadas entre dos generaciones mucho más numerosas, según los expertos en generaciones: las baby boomers que están saliendo del mercado laboral y las líderes de la generación Y, las millenials, que están avanzando en sus carreras a una velocidad más que aceptable.
Las líderes de la generación X son mujeres con muy buenos niveles de educación, adaptables -ya que vivieron grandes cambios sociales y culturales-, y tecnológicamente sabias, ya que nacieron con los teléfonos con disco, sin computadoras y sobrevivieron a la transformación tecnológica hasta llegar a los celulares 4G y las tablets. Quizá una de sus mayores dificultades a diferencia de las millenials es que les cuesta manejar su marketing personal y comunicar sus logros; les cuesta hacer valer el conocimiento y la sabiduría que tienen partir de sus años de experiencia profesional y corporativa.
Estas mujeres suelen tener la sensación que trabajaron duro, allanaron el camino para lograr el balance trabajo/vida personal, los permisos especiales por maternidad y horarios flexibles, pero que su fuerte compromiso con la familia y la crianza de sus hijos les fijó un techo de cristal y les impidió muchas veces ir por una promoción a una posición de liderazgo.
Según varios estudios realizados en Estados Unidos a estas mujeres les interesa 1) las relaciones positivas; 2) realizar trabajos interesantes; y 3) oportunidades de aprendizaje continuo. Cuando estos factores faltan, las mujeres de la generación X dejan el trabajo para buscar nuevas oportunidades o convertirse en entrepreneurs. Esta situación se conoce como “opt out revolution” y esta revolución tiene consecuencias graves. ¿Por qué? Porque la inminente escasez de mujeres para ocupar posiciones de liderazgo en las organizaciones (debido a que la generación X es mucho menos numerosas que las otras dos), la salida de las babyboomers del mercado y la falta de experiencia de las millenials para ocupar algunas de estas posiciones, terminaría de anular la visión femenina en la cúpula de las empresas. Y existen numerosos estudios que demuestran que aquellas empresas que suman mujeres a sus directorios logran mejores resultados que aquellas que no lo hacen.