Entre las tendencias que marcarán el futuro de las compañías se destaca el nuevo paradigma alrededor del Edge Computing. Esta tecnología ayudará a las empresas en la adaptación a los cambios en transformación digital que trajo aparejado el coronavirus.
La pandemia de coronavirus está ocasionando grandes cambios en todo el mundo. Como consecuencia del aislamiento social obligatorio, el consumidor ha modificado su comportamiento, y las compañías se han visto obligadas a adaptarse tecnológicamente para continuar operando. Pymes y comercios fueron impulsadas a digitalizar no solo gran parte de las operaciones, sino también la interacción con sus clientes, quienes además han trasladado al mundo virtual sus actividades diarias, como la adquisición de productos, la contratación de servicios y la compra de bienes de primera necesidad.
En este nuevo contexto es que toman relevancia las últimas tendencias en materia de transformación digital, edge, automatización y nube híbrida, entre otras, dado que estas soluciones permiten a las empresas automatizar sus procesos, tener mayor velocidad de red, ganar agilidad tecnológica, y consecuentemente, poder funcionar en este contexto restrictivo. Por este motivo, las inversiones de tecnología continúan incrementándose en la actualidad, especialmente aquellas que ofrecen flexibilidad y escalabilidad en los proyectos, algo clave dado que posibilita un desarrollo incremental de acuerdo a las capacidades de financiación de cada compañía.
Una de las tendencias que más ha crecido, y que sin duda será una inversión prioritaria en el corto plazo, es el Edge Computing, que acerca los servicios informáticos de análisis y procesamiento de datos al consumidor o a las fuentes de información, como puede ser un dispositivo IoT o de Machine Learning. Esta solución, que se estima crecerá un 50% en 2020, permite resolver problemas clave como el ancho de banda, la latencia, la resiliencia y la soberanía de los datos, acelerando la toma de decisiones y el procesamiento de información en tiempo real.
“Hasta ahora la industria se enfocó en el Cloud Computing, tecnología que centraliza todos los procesos de análisis de datos en una nube. Hoy la tendencia es pasar al Edge Computing, una perspectiva horizontal y más cerca del usuario, que busca hacer frente al continuo incremento en la demanda de banda ancha. Es decir, se está pasando de centralizar los servicios en la nube en un puñado de grandes centros de datos (escalamiento vertical) a la descentralización para acercarlos más al consumidor final (escalamiento horizontal)”, explica César Búa, Gerente de Soluciones de Arquitectura de Red Hat.
Según los especialistas, este tipo de servicios incrementará la calidad, reducirá el riesgo y disminuirá la latencia en la transmisión y procesamiento de datos. Se trata de un elemento clave para compañías del entretenimiento vía streaming, la banca, las telecomunicaciones o la comercialización de cualquier dispositivo que involucre IoT o realidad virtual. Además, los clientes empresariales accederán a otros beneficios relacionados con el edge computing, como la flexibilidad en la gestión y los menores costos relacionados. De hecho, un estudio realizado por Forrester, firma global dedicada al asesoramiento e investigación de mercado, asegura que el 54% de las compañías que están implementando edge computing destacan la flexibilidad de gestionar las demandas actuales y futuras de Inteligencia Artificial como uno de los mayores beneficios.
Por este motivo, muchos creen que estas nuevas tendencias se transformarán en prioridades de inversión para todo tipo de compañías, especialmente las del sector bancario y de telecomunicaciones, dado que facilitarán la operatoria del negocio en la era post pandemia.