En la actualidad los grupos de trabajo presentan gran diversidad en comparación a décadas pasadas. Las empresas modificaron sus estructuras y no se presentan como las “empresas familiares” que traían consigo herencias, formas de administrar y metodologías de trabajo particulares. Con el crecimiento físico y la constante rotación de personal, es cada vez más complicado mantener esa impronta familiar en las organizaciones.
Uno de los factores clave es el punto de inflexión que están atravesando las compañías: por un lado se incorpora mucho personal, pero a la vez existe una gran rotación de recursos humanos. Esto, genera gran movimiento interno y una importante fluctuación de las personas, complicando así la consolidación de grupos de trabajo estables.
Por otro lado, dentro de un marco conceptual metodológico, existen diferentes formas de administrar los proyectos: administración de riesgo, líderes de cuentas, modelos para escalar los problemas, control de cambio y aspectos muy puntuales que se adaptan para cada plan. Algunas empresas adoptan el modelo de gerente o líder de producto con muchas áreas funcionales; en otras la organización está armada por departamentos.
Así como las empresas se transforman, también lo hacen los grupos de trabajo. La división de las distintas áreas se hace con un determinado objetivo, así cada sector tiene atención específica en el área funcional que le corresponde, pudiendo enfocarse en sus metas propuestas.
Para lograr obtener satisfacciones por parte de los diferentes grupos, también es necesario presentar incentivos al personal que lo integra, esto implica, poner a la orden mecanismos para satisfacer los diferentes intereses y/o aspiraciones de dichos grupos.
El pilar más importante para que un equipo de trabajo pueda consolidarse y cumplir sus objetivos es constituir y motivar grupos de alto rendimiento. Esta estrategia demanda el apoyo de los gerentes o responsables de cada área de trabajo, pero además se fundamenta en el compromiso de las organizaciones con sus empleados, es decir, el foco de las empresas debe estar puesto en la educación y crecimiento, tanto laboral como personal, de cada uno de sus colaboradores.
Otro de los puntos importantes en cuanto a la motivación para el trabajo en grupo es la asignación correcta de los puestos de trabajo, así como también brindar oportunidades de desarrollo y un buen ambiente laboral.
Para sortear obstáculos, el trabajo en equipo logra ser una de las columnas que sostiene cualquier proyecto, dando beneficios gratificantes a la hora de los resultados, presentando así puntos positivos como: eficiencia, velocidad y creatividad, entre otros beneficios. El trabajo en grupo, también se logra consolidar gracias a la combinación de comunicación y coordinación por parte de cada integrante.
Las organizaciones deben tener siempre presente, que su propio éxito no es otra cosa que la meta alcanzada colectivamente, y sustentada en los logros del trabajo en equipo. En tal sentido resulta vital darle la debida prioridad a que cuestiones vinculadas a los RR.HH. sean abordadas conjuntamente por el área específica, las direcciones de cada área, y la participación directa de la dirección general de la organización.